Funcionarios y líderes religiosos de Israel rechazaron el permiso otorgado en Suecia a un grupo que anunció la quema de ejemplares de Biblia y Torá frente a la embajada israelí en Estocolmo luego del estupor que causó la quema de un ejemplar del Corán.

“Condeno inequívocamente el permiso otorgado en Suecia para quemar libros sagrados. Permitir la desfiguración de textos sagrados no es un ejercicio de libertad de expresión, es una incitación flagrante y un acto de puro odio”, indicó el presidente de Israel, Isaac Herzog, en un comunicado.

“Condené la quema del Corán, sagrado para los musulmanes de todo el mundo, y ahora estoy desconsolado porque el mismo destino le espera a la Biblia judía”, añadió.

En nombre de la libertad de expresión, una persona de origen iraquí quemó a finales de junio un ejemplar del Corán frente a una mezquita de Estocolmo, un acto al que acudieron unas 200 personas, con fuerte presencia policial al coincidir con la fiesta del Sacrificio musulmana, pero sin que se desarrollasen incidentes graves.

Ese acto, permitido por la Policía sueca, fue condenado a nivel popular y oficial en el mundo árabe e islámico, y países como Arabia Saudí, Marruecos, Jordania y Emiratos Árabes Unidos convocaron a los embajadores suecos para expresarles su rechazo.

Ahora, las autoridades de Suecia dieron autorización para que este próximo sábado se queme un ejemplar de la Biblia y de la Torá frente a la embajada israelí en Estocolmo, según informa la radio sueca Sveriges.

La protesta, prevista entre las 13 y 14 hora local, pretende ser “una muestra de apoyo a la libertad de expresión”, según la solicitud enviada a la policía.

La Policía “no emite licencias para quemar textos religiosos”

La policía precisó que en sintonía con la legislación sueca, otorgaron un permiso para un acto público y no específicamente para las actividades previstas.

“La policía no emite permisos para quemar varios textos religiosos, la policía otorga permisos para reuniones públicas y para expresar una opinión”, afirmó Carina Skagerlind, encargada de prensa de la policía de Estocolmo. “Es una distinción importante”, agregó.

Yakov Hagoel, presidente de la Organización Sionista Mundial, consideró que el permiso para quemar la Torá es “antisemitismo”, mientras que el rabino del Muro de las lamentaciones en Jerusalén, Shmuel Rabinowitz, dijo que “así no es como se ve la libertad; así es como se ve la pérdida de una brújula moral”.

Pakistán, epicentro de las protestas contra la quema del Corán en Suecia, solicitó en nombre de los países musulmanes una sesión urgente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Durante esa sesión, llevada a cabo el martes, representantes de derechos humanos de la ONU estimaron que la quema del Corán puede haber sido, más que un acto espontáneo, una acción preparada que utilizó a una religión para provocar odio hacia grupos minoritarios o marginados.