El estatuto de “agente del extranjero” es cada vez más utilizado en Rusia para callar la prensa independiente. Se trata de un estatuto muy restrictivo que no sólo se aplica a los medios de comunicación como empresas, sino que puede aplicarse a los periodistas a título personal.

En Rusia, un medio de comunicación independiente clasificado como “agente del extranjero” ha decidido no continuar con sus actividades: se trata del sitio Vtimes, que considera que este estatuto le priva de ingresos publicitarios y le hace correr un riesgo legal demasiado grande.

Fundado por ex periodistas de Vedomosti, Vtimes es el primer medio de comunicación ruso que cierra a causa del estatuto de “agente del extranjero”, cada vez más utilizado en el país para callar la prensa independiente.

El caso Meduza

“Este mensaje ha sido creado por un medio de comunicación que actúa como agente del extranjero”: este es el anuncio que reciben los oyentes del podcast emitido por el sitio web Meduza, que fue clasificado como “agente extranjero” en abril pasado.

Una oración que el sitio web debe adjuntar ahora a cada una de sus publicaciones. “Esta frase es interminable y en Twitter ocupa casi todo el espacio”, exclama Alexei Kovalov, jefe del Departamento de Investigación de Meduza. “La consecuencia fue inmediata: perdimos a casi todos nuestros anunciantes. Como resultado, recortamos los salarios y cerramos nuestras oficinas en Moscú y Riga…”, prosigue Kovalov.

La inclusión de Meduza en la lista de “agentes del extranjero” no pasó desapercibida en el panorama mediático ruso. Fundado en 2014 y con sede en Letonia, Meduza es una referencia entre los pocos medios de comunicación que todavía se atreven a distanciarse del poder ruso.

“Todo esto forma parte de una tendencia general. Anteriormente, el Kremlin aceptaba que hubiera una prensa independiente, ¡siempre que fuera confidencial! Ahora está claro que incluso eso ya no se tolera”, se lamenta Alexei Kovalov.

“Cada tres meses, tengo que presentar un informe de 86 páginas”

Las autoridades rusas no sólo apuntan a los medios de comunicación como empresas. Desde el pasado mes de diciembre, también pueden atacar a los periodistas individualmente. Ludmila Savitskaya es periodista independiente en Pskov, al oeste de Rusia.

Su vida dio un giro el 28 de diciembre, cuando fue declarada “agente del extranjero”.

“Ahora cada tres meses, tengo que presentar un informe de 86 páginas al Ministerio de Justicia en el que tengo que mencionar cada uno de mis gastos… ¡Cuando voy a la tienda, guardo los recibos y escribo que he comprado papel higiénico, comida para gatos o ropa interior!”, explica.

Además de este trabajo administrativo, intrusivo y coercitivo, Ludmila Savistkaïa debe mencionar la condición de “agente del extranjero” en cada una de sus publicaciones, incluso en las redes sociales. Esto complica seriamente su trabajo como periodista.

“Es difícil conseguir que la gente hable conmigo. Debido a este estatuto, temen ser despedidos, perder sus subsidios o incluso ser encarcelados. Pero seguiré haciendo mi trabajo como periodista, con objetividad y dignidad”, cuenta Savistkaya.

Para sobrevivir, Meduza ha pedido a sus lectores que contribuyan a su financiación. Por el momento, el sitio sigue funcionando. Pero VTimes ha abandonado la lucha, por no tener presupuesto y temer acciones legales.