El jefe del Servicio de Espionaje Exterior (SVR) de Rusia, Serguéi Narishkin, se reunió hoy con el presidente del KGB bielorruso, Iván Tertel, con el que abordó la cooperación contra la “agresiva política occidental”.

“Los jefes de los servicios secretos abordaron las perspectivas de cooperación a la hora de garantizar los intereses nacionales de Rusia y Bielorrusia. Esto, en el marco de la agresiva política de Estados Unidos y los países occidentales”, informó el SVR en un comunicado.

Narishkin y Tertel se reunieron en la ciudad bielorrusa de Vitebsk después del conflicto diplomático. Lo anterior, por el desvío a Minsk de un avión comercial para apresar a un reportero crítico con el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.

“Se destacó la importancia de consolidar los esfuerzos dirigidos de Moscú y Minsk a la hora de contrarrestar los desafíos globales. Esto, además de las nuevas amenazas a la seguridad de la Unión Estatal” entre Rusia y Bielorrusia, señaló.

Ambos jefes denunciaron que Occidente practica una política destructiva con el objetivo de lograr “la desestabilización de la situación política, social y económica en el espacio de la Unión Estatal”.

Avión desviado

El escándalo internacional protagonizado por el régimen bielorruso provocó sanciones por parte de la Unión Europea (UE).

El organismo cerró el espacio aéreo a las aerolíneas bielorrusas y prohibió sobrevolar territorio de la antigua república soviética.

La oposición bielorrusa mantiene que el desvío formó parte de una operación especial del KGB para detener al periodista Román Protasévich, que podría ser condenado a varios años de cárcel.

Tras el estallido de la crisis, el presidente ruso, Vladímir Putin, recibió a Lukashenko, al que expresó su apoyo ante las presiones y sanciones occidentales.

El SVR y el KGB cooperaron estrechamente a la hora de abortar supuesta trama de EEUU contra Lukashenko, que incluía su asesinato y el de sus hijos.

Lukashenko, que reprimió en 2020 las multitudinarias protestas contra el fraude en las elecciones presidenciales, lo que fue negado por Washington.

Putin abordó dicha trama en su conversación telefónica con el presidente de EEUU, Joe Biden, con el que se reunirá personalmente el próximo 16 de junio en Ginebra.

En su momento, el autócrata bielorruso también acusó a Occidente de patrocinar las protestas opositoras con el fin de lograr su derrocamiento.