El Gobierno alemán reconoció que la masacre de miles de personas de las etnias herero y nara por parte del ejército del Imperio alemán en Namibia a principios del siglo XX fue un “genocidio”.

Tras cinco años de negociaciones, el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, ha sido el encargado de dar a conocer que Alemania, Namibia y representantes de los pueblos herero y nara habían alcanzado un acuerdo sobre el asesinato de decenas de miles de personas entre 1904 y 1908. “Estoy contento y agradecido de que haya sido posible lograr un entendimiento con Namibia sobre el capítulo más oscuro de nuestra historia común”, aseguró Maas en un comunicado emitido este viernes.

Según el ministro, el objetivo era encontrar un “camino común” hacia una “verdadera reconciliación en la memoria de las víctimas”. Esto incluía el reconocimiento oficial por parte de Berlín de que las masacres entre 1904 y 1908 fueron un “genocidio”.

“A la luz de la responsabilidad histórica y moral de Alemania, pediremos perdón a Namibia y los descendientes de las víctimas”, agregó.

Maas señaló que el “reconocimiento de la culpa” y la “petición de perdón” es un “paso importante”, aunque reconoció que una reconciliación verdadera “no se puede decretar”. Como “gesto de reconocimiento” ante el “incalculable dolor”, Alemania sufragará un programa de desarrollo en Namibia por 1.3 mil millones de dólares.

Habrá petición de perdón

Desde el primer momento, Alemania se ha negado a conceder indemnizaciones individuales, que era lo que los representantes de los herero y los nama exigían. Medios alemanes adelantaron en los últimos días que el acuerdo estaba próximo e informaron de los planes para que el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, viaje a Namibia y participe en un acto conmemorativo en el Parlamento, en donde pedirá formalmente perdón.

En noviembre de 2019 el Parlamento alemán utilizó por primera vez la palabra “genocidio” para referirse a esta masacre. Los historiadores calculan que entre 1904 y 1908 tropas del emperador alemán Guillermo II masacraron a aproximadamente 65.000 herero (de un total de unas 80.000 personas) y 10.000 nama (de unas 20.000), después de que se alzaran contra el dominio colonial alemán.

El plan de exterminio sistemático de hombres, mujeres y niños -por las armas, a través del abandono en el desierto o el internamiento en campos de concentración- prefiguró otras limpiezas étnicas del siglo XX.