Las divergencias sobre los derechos de la explotación de la fauna marina en aguas británicas persisten a menos de un mes de que el Reino Unido se convierta en un país totalmente ajeno a la Unión Europea. Francia amenaza con imponer su veto.

La pesca es uno de los puntos más sensibles desde que hace 10 meses empezaran las negociaciones del acuerdo comercial posbrexit entre Bruselas y Londres.

Se trata de una cuestión muy sensible para países como España, y sobre todo Francia, que tienen cientos de pescadores faenando en aguas británicas y cuyo modo de vida depende de este acuerdo.

Actualmente, los países europeos se reúnen todos los años para decidir las cuotas de pescado que tocan a cada país. Si uno pesca en exceso tiene que devolverlo al mar.

Bruselas pedía un sistema parecido con Reino Unido, pero en lugar de decidir todos los años, exige una cuota total de pesca y de entrada a aguas británicas. Sin embargo, Londres se niega y ha convertido la pesca en sus aguas en un asunto sobre todo de soberanía nacional y orgullo patriótico.

El negociador europeo Michel Barnier informó esta semana a las capitales sobre el estado de las negociaciones, y sobre todo para calmar a París, de que no habrá concesiones.

Veto francés

París aseguró por su parte que vetará un acuerdo comercial posbrexit si no cumple con ciertos requisitos, en particular en lo que afecta a la pesca, dijo el viernes el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune.

“Si hubiera un acuerdo que no fuera bueno (…) nos opondríamos”, dijo a la radio Europe 1. A la pregunta de si Francia impondría un veto dijo: “Sí, todos los países tienen derecho a veto”.

Francia hará su “propia evaluación” del acuerdo, señaló. “Se lo debemos a los franceses, a los pescadores y a otros sectores económicos”, subrayó Beaune.

“Existe” un riesgo de que no haya acuerdo y “hay que prepararse” a ello, afirmó. “Pero creo que podemos alcanzar un acuerdo y un buen acuerdo”, matizó.

Aunque desde Bruselas aseguran que no pueden decir si habrá o no acuerdo, se está intentando.

Según aseguraban fuentes europeas, estos próximos días y horas son decisivos, porque queda menos de un mes para que definitivamente Reino Unido se convierta en un país totalmente ajeno a la Unión Europea.

El Reino Unido abandonó la UE en enero y 31 de diciembre a más tardar debería de estar aprobado y ratificado un acuerdo para definir cómo funcionará su relación con la Unión Europea a partir de esa fecha.

Sin embargo, las negociaciones continúan estancadas en tres temas: derechos pesqueros, competencia justa y ayudas estatales, y la gestión legal del futuro acuerdo, en especial el mecanismo de solución de controversias.