El rublo y la bolsa de Moscú despertaron el jueves en estado de shock, tras la confirmación por parte de Alemania del envenenamiento del opositor Navalni por un agente neurotóxico “de tipo Novichok”, que hace temer nuevas sanciones contra Moscú y socavar aún más la economía rusa.

El rublo se hundió desde el miércoles por la noche a su nivel más bajo desde el apogeo de la pandemia de covid-19 en primavera y se cambiaba el jueves por la mañana a 89 rublos por un euro y 75,4 rublos el dólar.

Este miércoles la divisa rusa cayó incluso brevemente a su nivel más bajo desde 2016 frente al euro (89,8 rublos).

El rublo perdió más de 20% de su valor frente al euro y al dólar en lo que va de año, lastrado por el coronavirus y la crisis petrolera.

La bolsa de Moscú también cayó por el anuncio alemán. El índice RTS, en dólares, cayó más de un 3% el miércoles al cierre. El jueves por la mañana el mercado financiero ruso no había recuperado las pérdidas de la víspera.

La canciller alemana Angela Merkel apremió a Moscú a dar explicaciones tras análisis que establecieron el envenenamiento de Alexéi Navalny con una sustancia de un tipo ya utilizado, según Londres, contra el exagente doble ruso Skripal y su hija en 2018 en Inglaterra.

Rusia, que puso en duda la tesis del envenenamiento del principal opositor al Kremlin, dijo por su parte estar “lista” para cooperar con Alemania.

Los mercados y los analistas políticos temen nuevas sanciones occidentales contra Rusia que se añadirían a las que ya sufre Moscú desde la anexión de Crimea en 2014, que contribuyeron a llevar a Rusia a una crisis económica y financiera en 2015-2016.

Kremlin no ve “ninguna razón” de acusar al Estado ruso

El Kremlin afirmó el jueves que no veía “ninguna razón” de acusar al Estado ruso por el envenenamiento del líder opositor Alexéi Navalny y pidió a los occidentales que eviten los “juicios precipitados”.

“No hay ninguna razón de acusar al Estado ruso”, dijo a la prensa el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, añadiendo que el Kremlin está abierto al “diálogo” con Alemania, donde se encuentra Navalny, y con todos los países europeos sobre esta cuestión.

Peskov insistió en el hecho de que “ninguna sustancia tóxica” fue detectada por los médicos rusos cuando Alexéi Navalny fue internado en un hospital de Siberia a finales de agosto, tras sentirse muy mal en un avión.

“Hasta ahora no hemos recibido ninguna información” de parte de Alemania sobre análisis que hayan permitido concluir el envenenamiento del opositor, añadió Peskov.

“En términos generales, no pienso que el envenenamiento de esta persona pueda beneficiar a nadie”, dijo. “Nos gustaría que nuestros socios en Alemania y en otros países europeos no hagan juicios precipitados”, pidió.

El portavoz del Kremlin tampoco vio “ninguna razón” para que se decreten sanciones contra Rusia en este asunto.

La canciller alemana, Angela Merkel, instó el miércoles a Moscú a explicarse, después de que los análisis realizados mostraran que Navalni fue envenenado con un agente neurotóxico “de tipo Novichok”.

En 2018, el Kremlin ya fue señalado responsable del intento de asesinato del exagente doble Serguéi Skripal en Salisbury, en el suroeste de Inglaterra, utilizando Novichok.