Noruega, donde la epidemia del coronavirus retrocede, reabrió este lunes las escuelas para los más pequeños, nueva etapa de una normalización muy lenta y progresiva que preocupa a algunos padres.

Una semanas después de los “barnehager” que sirven de guarderías y jardines de infantes en el país nórdico, llegó el turno de los niños de seis a diez años de volver a las aulas, en clases reducidas a 15 alumnos, luego de cinco semanas de “tele-enseñanza”.

Noruega continúa así poniendo fin de manera progresiva a las restricciones anunciadas el 12 de marzo para controlar la epidemia de COVID-19 en su territorio.

La semana pasada el ingreso había sido de los niños que aún asisten a la guardería,
lo que a su vez permitió que sus padres pudiesen retornar o retomar sus trabajos más fácilmente, aunque la medida ha encontrado resistencia en sectores de la población.

Según un sondeo de la televisión pública NRK publicado el 19 de abril, el 24% de los padres no deseaban el regreso de sus hijos a los parvularios y un 13% decía tener dudas.

El país nórdico, de 4,5 millones de habitantes, tenía hasta el domingo 7.505 casos del nuevo coronavirus y 193 muertos, con una curva de personas hospitalizadas que cayó con fuerza en las últimas semanas.

Junto a Austria, Dinamarca y Alemania, Noruega es uno de los primeros países europeos en aliviar sus restricciones decretadas el 12 de marzo para intentar contener la propagación del coronavirus.

Al igual que Noruega, Dinamarca también ha iniciado una reapertura escalonada de clases, mientras que Italia o España han decidido dar por terminado el año escolar, en una Europa que comienza a dar señalar de retomar la “normalidad”.