Un hombre de 25 años que circulaba en scooter eléctrico murió el lunes al chocar con una camión en París.

El hombre, que según una fuente cercana al caso no respeto la prioridad a la derecha, fue llevado al hospital, donde falleció, indicaron los bomberos.

Los monopatines eléctricos de alquiler aparecieron hace un año en París y desde entonces están en todas las calles, en todas las aceras, y el entusiasmo por estos vehículos asociados a la infancia durante mucho tiempo no tiende a desaparecer.

En mayo, los operadores de los monopatines de alquiler discutieron con la alcaldía de París una normativa de buena conducta “para un uso controlado y sostenible” de estas máquinas y “respeto por el espacio público y la seguridad de los vehículos parisinos”.

Más de una decena de empresas de alquiler, incluidos American Bird, Lime y más recientemente Uber, operan en París, y la flota de monopatines eléctricos, que actualmente se estima en 15.000, podría llegar a 40.000 para fines de año.

En sus seis primeros meses de servicio, Lime, que considera que “París es uno de los mercados más grandes de monopatines de alquiler en el mundo”, estima el número de rentas diarias en 30.000 y en más de dos millones el número de trayectos efectuados con su flota.

ARCHIVO | Agence France-Presse
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“Es fácil, es libertad”, afirma Yosra Haj Jabid, una joven tunecina italiana que llegó recientemente a París y que suele desplazarse a diario en monopatín, más que en transporte público común.

“Rápido, fácil y divertido, menos caro que un Uber”, defendió una pareja de turistas ingleses, John y Lizzy, que recorrían el barrio de la Tour Eiffel sobre estas plataformas metálicas a batería.

Sin embargo, hay quienes se oponen a su uso. “Esta gente hace como si estuvieran solo ellos. Toman riesgos, van esquivando peatones, estacionan sus aparatos en cualquier lugar. ¿Dónde está el civismo?”, se pregunta indignado Yves Goupil, un hombre de 88 años.

Frente a los peligros y a la utilización anárquica de los monopatines, el Consejo de París adoptó en abril varias medidas de regulación: multa de 135 euros por circular en las aceras, 35 euros por dejarlo estacionado en cualquier sitio y a partir de septiembre introducirán un decreto para terminar “con la ley de la selva”, según las palabras de la ministra de Transporte Elisabeth Borne.

Este decreto prohibirá entre otras cosas aquellos aparatos que sean capaces de exceder la velocidad en 25 km/h, y va a instaurar la obligación de circular por las pistas para bicicletas. Además el casco será obligatorio para los menores de 12 años.

Varias ciudades de Europa y algunas de América Latina adoptaron en los últimos meses medidas para reglamentar el creciente aumento de los monopatines. Barcelona, particularmente desbordada por el turismo en masa, ha fijado un reglamento muy específico a través de ordenanzas municipales.