Es un caso que tiene abierto el debate en Francia por el proceder judicial.

El periódico francés Le Monde, a puesto las cartas sobre la mesa, con respecto al alcance de la justicia en un caso como este.

Los hechos

Todo comenzó el pasado jueves, cuando el niño juagaba con un mechero y un trapo en su domicilio, ubicado en el penúltimo piso de apartamentos de Aubervilliers, al norte de París. Era un multifamiliar de viviendas públicas que, de un momento a otro, vivió un verdadero infierno cuando el menor no pudo apagar la bola de fuego que había creado y esta se propagó rápidamente hacia la parte inferior del inmueble. 5 pisos para ser exactos.

Un vecino se percató de lo que estaba ocurriendo tras los gritos del niño desde la ventana de su departamento y lo ayudó a salir, alertando al resto de habitantes del edificio. Desafortunadamente el fuego avanzó en cuestión de segundos. Una mujer de 33 años, embarazada y sus 3 hijos de 18 meses, 4 y 6 años, quedaron atrapados por las llamas.

Al menos 3 bomberos que ayudaban en su rescate, resultaron con quemaduras. 6 vecinos más también fueron hospitalizados por el siniestro.

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La acusación judicial

Un juez de instrucción imputó al niño de 10 años, al considerar que tiene la capacidad de conciencia de las implicaciones de sus actos.

Según el artículo 122-8 del Código Penal frances: “Los menores capaces de discernimiento son penalmente responsables de los delitos o infracciones por los que han sido declarados culpables, en las condiciones establecidas por una ley particular que determina las medidas de protección, asistencia, supervisión y educación a los que pueden estar sujetos”.

Sin embargo, hay otra salida legal para el menor, la cual ha sido advertida en el análisis de Le Monde. Se trata de La Ordenanza sobre la delincuencia juvenil de 1945, que establece que las medidas deben ser apropiadas para la edad.

Lo anterior considera que, a pesar de que es responsable de sus actos, un niño de esta edad no puede ser juzgado o condenado como un adulto, pero debe comparecer ante un juez de menores o corte para niños, dependiendo de la naturaleza de los hechos. Él no puede ser penalizado, según la citada ordenanza.
  
Mucho se habló además del papel de los padres del niño imputado, quien tiene en su contra, además del trauma por los daños ocasionados, el resquicio legal en Francia, que no deja totalmente establecida la edad límite para establecer una responsabilidad. La ordenanza puede existir, pero la interpretación del juez es ahora la que genera debate.

Los progenitores del pequeño imputado no pueden ser penalizados. Podrían enfrentar un juicio civil que los obligue a pagar una reparación económica a las víctimas, según el artículo 1242 del Código Civil francés: “El padre y la madre, en la medida en que ejercen la patria potestad, son solidariamente responsables del daño causado por los hijos menores que viven con ellos”.

Los padres del niño no estaban cuidándolo al momento de desatarse la tragedia.

AFP / Thomas Samson
AFP / Thomas Samson