El Ministerio de Defensa de España ha tenido un gran dolor de cabeza con el de desarrollo de la línea de submarinos S-80, el cual desde 2013 ha dado problemas a Madrid, sin importar el gobierno a cargo del país o el momento en que se encuentre la nación ibérica.

El S-80 se dio a conocer en 2013 cuando se reportó que era demasiado pesado y que no podía flotar. Según un artículo de diario El País de la época, la nave tenía un “sobrepeso” de entre 75 a 100 toneladas, un defecto que le impedía contar con la denominada reserva de flotabilidad, que le permitiría sumergirse, emerger y navegar.

Este submarino, es el primero de fabricación española, por lo que la falla en su peso supuso un gran fiasco para su marina y obligó a un retraso en la entrega de la nave y a duplicar el gasto previsto.

Ante la falla de peso, el gobierno español de Mariano Rajoy contrató a la empresa estadounidense Electric Boat para que revisara el estado de la nave. La inspección confirmó el “sobrepeso” y recomendó alargar en 10 metros la eslora.

La Armada española aceptó las recomendaciones y desarrolló la extensión del submarino, bautizándolo de S-80 a S-80 Plus, pero sin considerar un elemento muy importante: el tamaño del puerto donde atracará.

Los cuatro S-80 Plus que fabricará España no caben en las fosas del Puerto de Cartagena en Murcia, lo que obliga a las autoridades a adaptar la base a los submarinos, todo con un coste de 16 millones de euros.

Una cifra que sumada a lo gastado en su ampliación y en los estudios para confirmar su “sobrepeso” duplica el gasto presupuestado. Si al momento de diseñar la nave se tenía contemplado pagar menos de 500 millones de euros por cada uno, la cifra ahora bordea los 1.000 millones de euros.

El gobierno español ya tiene considerado un aumento de presupuesto para el desarrollo de este submarino, además aún falta desarrollar el sistema AIP de propulsión, el cual estaría listo en 2026, fecha para la cual se entregará la tercera la nave, las dos primeras están programadas para 2022 y 2024.