La Administración de Donald Trump revisó los planes de la líder opositora venezolana María Corina Machado para la eventual salida del poder de Nicolás Maduro, informó este lunes el diario The Washington Post (WP).
Según documentos internos del Gobierno estadounidense, el plan esbozado por Machado y su equipo propone crear fuerzas para estabilizar el país entre las primeras 100 horas y los primeros 100 días tras la salida de Maduro, y celebrar elecciones durante el primer año.
Aunque el equipo de la opositora venezolana, galardonada con el Premio Nobel de la Paz, no compartió al Gobierno de Trump su plan completo por razones de seguridad, funcionarios estadounidenses admitieron al Post que “tienen una mayor preparación de lo que se creía”.
En caso que caiga Maduro: Machado y Edmundo “no permitirían la cohabitación” al régimen
Según el rotativo, el equipo opositor realizó un análisis detallado del Ejército venezolano y concluyó que solo sería necesaria una purga “limitada”. Esto, ya que únicamente el 20% de los oficiales son “irredimibles” y el resto se muestran contrarios a Maduro o son apolíticos.
“Machado y (Edmundo) González no permitirían la cohabitación (política), lo que significa que los altos funcionarios del régimen actual no tendrían cabida en un nuevo gobierno”. Asimismo, “el próximo gobierno no necesitaría procesar a más de unas pocas docenas de funcionarios del régimen de Maduro”, detalla un funcionario.
No obstante, hay figuras de la oposición que dudan de la certeza sobre el alcance de los contactos de Machado con el ejército venezolano. Esto, dado que es un elemento crucial para lo que sería el día después de una posible salida de Maduro del poder.
“A estos contactos les preocupa que, si Maduro deja el poder repentinamente, un gobierno liderado por Machado se tambalearía ante inmensos desafíos”, afirma el funcionario.
En ese contexto, el citado medio alerta que el líder chavista ha reforzado su seguridad personal, profundizando los lazos con sus aliados Rusia y Cuba. Esto complica aún más las conversaciones. La Habana podría sabotear cualquier intento para sacar a Maduro, advierte Andrés Martínez-Fernández, analista de políticas para América Latina de la Heritage Foundation, cercana a la administración Trump.
Cuba depende de Venezuela para la mayor parte de sus necesidades petroleras, y hoy Maduro cuenta con resguardo de agentes de inteligencia y guardaespaldas cubanos adicionales. “Esos agentes cubanos no van a estar dispuestos a permitir que Maduro haga un trato para entregarse”, afirma.
“Perder a Maduro sería un golpe devastador para La Habana y la dictadura cubana”, sostiene el analista.
El Gobierno de Trump, que no reconoce la legitimidad de Maduro y lo acusa de liderar una red de narcotráfico, ha desplegado una presencia militar sin precedentes en el mar Caribe.
En esa operación asegura haber destruido una veintena de embarcaciones al servicio del narcotráfico y haber matado a más de 80 personas, y amenaza con comenzar “pronto” ataques dentro del territorio venezolano.
A pesar de la tensión, Trump y Maduro mantuvieron en noviembre una conversación telefónica que, según fuentes consultadas por The Washington Post, fue cordial.
Durante la comunicación, el mandatario estadounidense manifestó que le gustaría que Maduro renunciara al poder. Sin embargo, no fijó ningún ultimátum y ambos se comprometieron a mantener nuevos contactos en el futuro, añade el periódico.