Bajo amenaza de extradición a los Estados Unidos, el fundador de la red Wikileaks fue arrestado en abril de 2019 después de pasar siete años en la embajada ecuatoriana en Londres. Actualmente se encuentra en una prisión de alta seguridad. Los tribunales británicos reachazaron su extradición este lunes y México le ofreció asilo político. En los Estados Unidos, Julian Assange enfrentaría hasta 175 años de prisión.

Según Guillaume Ledit, coautor del libro “En la piel de Julian Assange” (Actes Sud, 2020), el destino del activista australiano tiene un valor simbólico para la administración estadounidense.

RFI: Hace diez años la revista Time lo nombró Personalidad del Año, presentándolo en una portada amordazado por una bandera americana. En 2010, Assange se hizo mundialmente famoso por la publicación de documentos clasificados sobre las actividades militares y diplomáticas de los Estados Unidos. ¿Cómo llegó allí?

Guillaume Ledit: En ese momento, Assange fue presentado como el héroe – o anti-héroe, dependiendo del punto de vista- de las luchas por las libertades digitales. Se podría decir que es un hacker “de profesión”, un pirata informático: forjó su compromiso -más bien radical- en torno a Internet y sus habilidades técnicas le permitieron introducirse en varias redes. A finales de los 80 en Australia [país natal de Assange], la actividad de hacking era bastante activa.

Muy interesado en la filosofía política, Assange va a transformar Internet en un arma al servicio de su proyecto: reequilibrar la simetría entre el ciudadano de a pie y los poderosos: las autoridades políticas y las grandes estructuras económicas. Este es el sentido de la fundación de Wikileaks en 2006.

Al año siguiente, tuvo su primer gran éxito al filtrar el manual interno de Guantánamo. Pero Wikileaks realmente sale de las sombra en 2010 cuando saca a la luz un video donde se muestra cómo son tiroteadas a muerte 18 personas en Bagdad por un helicóptero militar estadounidense.

A partir de 2010, Assange dará a conocer una enorme cantidad de documentos, la mayoría de ellos clasificados secretos – informes de operaciones de campo en Afganistán e Irak, pero también telegramas diplomáticos que prueban que los Estados Unidos y sus aliados se espían mutuamente. Estas publicaciones se lanzan en conjunto con los principales diarios internacionales como The Guardian, The New York Times y Le Monde.

Luego, con las acusaciones de abusos sexuales en Suecia hasta el escándalo de correos electrónicos que involucra al equipo de Hillary Clinton durante la campaña presidencial de EEUU en 2016, la imagen de Julian Assange se va a ver empañada.

Una vez que Julian Assange se colocó en el centro de atención, algunos de sus defectos se expusieron en público como la forma autoritaria como dirigía Wikileaks o su relación con las mujeres.

Ya en 2012, se le amenaza de extradición y Assange se niega a testificar en el caso de Suecia, temiendo que esto lo lleve directamente a los Estados Unidos. Se refugia entonces en la embajada de Ecuador en el Reino Unido, donde va a permanecer confinado.

A medida que Wikileaks pierde influencia, Assange decide en 2016 difundir los correos electrónicos del equipo de campaña de Hillary Clinton, comunicaciones que arrojan una imagen dura del campo demócrata. Nadie puede probar que fueron proporcionados por el FSB [los servicios secretos rusos] o por grupos de hackers relacionados con la inteligencia rusa, pero hay fuertes sospechas al respecto.

También se le acusa de divulgar información sin tener en cuenta los riesgos que hace correr.

Este es uno de los puntos fundamentales de la acusación: Julian Assange habría puesto en peligro una serie de fuentes militares de EEUU, en particular en Afganistán. Pero no se han aportado pruebas en ese sentido. La administración estadounidense está tratando de probar que es un espía y que no ha hecho ningún trabajo periodístico. Pero, al difundir esos documentos, Julian Assange, por el contrario, ha hecho periodismo de investigación.

¿Qué significaría su extradición a los Estados Unidos?

Wikileaks representa la voluntad de varios defensores de las libertades digitales de utilizar la encriptación de las comunicaciones, apoyándose en diversos dispositivos técnicos, para recuperar documentos y hacer públicos los secretos relacionados con los asuntos económicos y políticos.

Esta batalla continúa dándose, pero está claramente en camino de ser ganada por los poderes públicos: los Estados y las empresas han retomado el control de Internet. Así pues, la administración estadounidense tiene la ambición de hacer de Assange un ejemplo y demostrar que ya no es posible utilizar la tecnología digital para denunciar las acciones de los gobiernos y las empresas.

La administración Obama fue particularmente muy severa en contra de este tipo de denunciantes. Trump continuó las demandas contra Assange y Joe Biden, según las declaraciones que hizo durante la campaña presidencial, deberá inscribirse en esa misma vía. El valor simbólico de esta extradición es pues muy importante para la administración americana, lo que no augura nada bueno para Julian Assange.

¿Qué representa Julian Assange para usted? ¿Por qué le dedicó un libro?

Su trayectoria profesional encaja perfectamente con la evolución de Internet y la red en su conjunto, desde la aspiración a la libertad, a la creación de un espacio fuera del espacio físico donde los gobiernos y las corporaciones gobiernan, hasta la toma de posesión de la red.

La trayectoria de Julian Assange no sólo cuenta esta historia de la web que sigue evolucionando, pero también pone de relieve las complicadas relaciones entre los denunciantes, los medios de comunicación y los gobiernos.