Najib Razak y sus asociados desviaron a sus cuentas privadas US$4.500 millones. El caso también involucró a antiguos empleados de grupo Goldman Sachs quienes financiaron la producción de películas como The Wolf of Wall Street, compraron joyas, inmuebles de lujo e incluso una pintura de Jean-Michael Basquiat por US$51 millones.

El exprimer ministro de Malasia Najib Razak deberá pasar 12 años en la cárcel tras ser encontrado culpable de corrupción.

Eso tras la ratificación de su pena por parte de un tribunal federal en el marco del desfalco del fondo estatal 1MDB.

Los jueces rechazaron por unanimidad la apelación del exmandatario contra la condena emitida en julio de 2020, confirmada por un tribunal de apelaciones en diciembre de 2021, por la apropiación indebida de 42 millones de ringgit (9,9 millones de dólares u 8,8 millones de euros) del 1MDB mientras gobernaba el país.

El exdirigente, que gobernó el país desde abril de 2009 a mayo de 2018 y se declara inocente de las acusaciones relacionadas con el 1MDB, también deberá pagar una multa de 210 millones de ringgit (46 millones de dólares o 47 millones de euros).

Los delitos que enfrenta el exdirigente son abuso de poder y de confianza más lavado de dinero por el millonario desvío a sus cuentas privadas.

Además, Najib afronta otros tres juicios y decenas de cargos por este caso de corrupción del fondo soberano, que salpicó a exbanqueros de Goldman Sachs acusados de aceptar sobornos y blanquear miles de millones de dólares del 1MDB, según una investigación judicial en Estados Unidos.

Entre otras cosas, los antiguos empleados de Goldman Sachs financiaron la producción de películas de Hollywood como The Wolf of Wall Street y adquirieron joyas, inmuebles de lujo e incluso una pintura de Jean-Michael Basquiat por 51 millones de dólares.

La trama de corrupción de 1MDB salió a la luz en 2015, cuando una investigación periodística expuso el desvío multimillonario desde el fondo estatal a las cuentas privadas de Najib, fundador del fondo y por entonces primer ministro de Malasia.

Najib y sus asociados desviaron a sus cuentas privadas 4.500 millones de dólares (4.532 millones de euros) procedentes del brazo inversor del Estado malasio, un escándalo que propició su caída del poder en 2018.