Para muchas familias de Sri Lanka que nunca tuvieron que pensar dos veces en el combustible o la comida, los efectos de la peor crisis económica han sido instantáneos, borrando años de progreso hacia los estilos de vida a los que aspiraban en el sur de Asia.

Sri Lanka vive la peor crisis económica de su historia y este miércoles 22 de junio, el primer ministro Ranil Wickremesinghe, declaró ante el Parlamento que la economía está completamente “colapsada”, ante la incapacidad de importar petróleo para satisfacer sus necesidades.

Decenas de personas volvieron a salir a las calles de Colombo, la capital de Sri Lanka, para protestar en contra de la gestión del primer ministro y ministro de Finanzas, Ranil Wickremesinghe.

Ellos, quienes fueron designados el pasado 12 de mayo para lidiar con la crisis que afronta el país, según constató France 24.

“Ahora nos enfrentamos a una situación mucho más grave más allá de la mera escasez de combustible, gas, electricidad y alimentos. Nuestra economía se ha derrumbado por completo. Esa es la cuestión más grave que tenemos ante nosotros hoy”, dijo Wickremesinghe al Parlamento este miércoles 22 de junio.

El país de 22 millones de habitantes experimenta la peor crisis económica desde su independencia del imperio británico en 1948 y, desde hace meses, sufre escasez de medicamentos, alimentos y combustible.

Colapso de la economía en Sri Lanka

La nación insular del sur de Asia se está hundiendo bajo el peso de fuertes deudas, así como la pérdida de ingresos por turismo y otros impactos de la pandemia, exacerbadas por erradas políticas gubernamentales.

“Nuestros niños no tienen leche en polvo. No hay combustible para que nuestros maridos hagan su trabajo. No tenemos gas para cocinar. Mientras las mujeres hacen filas para comprar gas, el hombre de la casa hace la cola para combustible y los niños hacen la fila para la leche en polvo… ¿Cómo podemos vivir?”, dijo una residente de Colombo.

Tras haber suspendido el pago de 12.000 millones de dólares de deuda externa en abril, Sri Lanka busca alrededor de 3.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional para encauzar sus finanzas públicas.

El Gobierno convocará a China, India y Japón a una conferencia de donantes para obtener más ayuda exterior y presentar un presupuesto provisional en agosto, agregó Wickremesinghe en su comparecencia ante el órgano legislativo.