Una representación de las islas Dokdo-Takeshima como japonesas reavivó las diferencias entre Seúl y Tokio.

Los territorios, situados en el Mar del Este entre los dos países aparecen como japoneses, cuando en realidad están controlados por Corea del Sur.

Dokdo para Corea, Takeshima para Japón y Rocas de Liancourt para el resto del mundo.

Este conjunto de islas volcánicas, pobladas por sólo dos residentes civiles y una treintena de funcionarios, divide a los dos países desde los años 50 y la independencia de Corea del Sur.

Esta vez fue el mapa de la llama olímpica el que reavivó las desavenencias entre dos vecinos cuyas relaciones distan mucho de ser perfectas.

Más allá del simbolismo histórico para una Corea que ha sido durante mucho tiempo una colonia japonesa, estos pequeños trozos de roca ofrecen al país que los posee recursos pesqueros y la posibilidad de ampliar su Zona Económica Exclusiva (ZEE).

También se especula con que contienen depósitos de gas natural.

Reciprocidad exigida por Seúl

Corea del Sur acordó eliminar las islas de la bandera de la Corea unificada durante los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 en Pyeongchang.

Seúl pidió repetidamente a Japón un gesto recíproco.

Las tensiones no parecen dispuestas a remitir. El martes, un diplomático japonés fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores en Seúl.

A esto se suma que tres estudiantes surcoreanos quemaron una bandera imperial japonesa frente a la embajada de Japón.