Era una reunión impensable bajo todo punto de vista. Antes de esta y como si se tratara de antagónicos socialite, los presidentes de Corea del Norte y Estados Unidos vivieron una guerra virtual incluso cuando aún no se concretaba la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Los medios de comunicación fueron los misiles llevando el dime y te diré de alto nivel.

Trump lo llamó en agosto de 2017 “short and fat”

Kim Jong Un, dos meses antes lo calificó de “canalla y mafioso que le gusta jugar con fuego” en respuesta al apodo que el mandatario estadounidense le propinó en la cumbre de la ONU. Lo llamó “niño cohete”.

AFP
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Pero ayer ocurrió eso que llamamos impensable al inicio. Despertó desde morbo, pasando por preocupación hasta incredulidad por parte de una comunidad cibernauta que vio a Kim Jong Un y a Trump, darse un apretón de manos mundial. Le dio la vuelta al planeta en vivo y en directo. No hubo que escatimar en recursos para transmitir esa imagen.

Saul Loeb | AFP
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Singapur y su mágico cambio de ánimos en una relación

Los preparativos del fin de semana previo al encuentro fueron exhaustivos incluso para la prensa mundial con extensa cobertura del mismo. Todo tenía que estar listo para desentrampar temas desde ambos extremos. A Trump le importa la desnuclearización desde Corea del Norte. A Kim Jong Un, que su par ahora cercano, se comprometa a desproteger a Corea del Sur del “paraguas nuclear” en la península.

Punto para Trump, pues se ha comprometido a tejer “garantías de seguridad” para norcorea pero sin explicar cómo. Anotación de empate para Kim, quien no ha dado fecha de cuándo habrá tal desnuclearización.

Visto de esa forma, el punto y empate de ambas naciones les ha permitido ver las cosas del lado amable y darle tiempo al tiempo con sus promesas en el bando pertinente. En cambio, los calificativos fueron muy lejanos a los que se daban en el pasado.

Trump, por ejemplo, pasó de darle el calificativo de “dictador más cruel” a otro inesperado: “un hombre con mucho talento, con el que hemos establecido una relación muy especial”. Por si fuera poca adulación, el mandatario estadounidense agregó un “quiere mucho a su nación”.

Un breve pero sonoro encuentro

Según testigos de la cumbre, fue el líder norcoreano el que la hizo corta. No podía retrasarse en su vuelo según le manifestó a su contraparte en este encuentro de pesos pesados.

Antes fueron 48 minutos en privado y luego una reunión con asesores incluidos con los que ambos países dejaron despejado el camino-si algún desánimo virtual no se interpone- para seguir las conversaciones que según Trump tendrán más de algún traspié pero que Kim Jong Un, remató en disparo aliado con otra frase para enmarcar: “es un preludio a la paz”.

Pronto, según consigna el periódico español El Mundo vino el banquete para celebrar la primera cita sin tropiezos. Cerdo agridulce, Costilla de ternera, Bacalao y Ensalada de aguacate (palta)

AFP
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Ambos se habrían portado bien, según análisis de medios internacionales. Por ejemplo en Corea del Norte creen que Kim quiere acabar con su fama de dictador y que Trump por su parte lo que desea es dejar atrás su “mal comportamiento” en la pasada Cumbre del G7 donde el blanco directo fue el líder canadiense Justin Trudeau.

Anthony Wallace AFP
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