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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El Tren de Aragua, principal organización criminal de Venezuela, expande su influencia hacia México, Estados Unidos y Canadá, tras la detención de sus líderes en México y Chile. La policía mexicana capturó a Arturo Echezuría Alcántara, alias Nelson, junto a otros miembros clave, acusados de delitos como trata de personas y narcotráfico. Expertos y autoridades vigilan de cerca este cambio estratégico que podría llegar a territorio estadounidense. En Canadá, se confirma la presencia del grupo como un punto de tránsito de drogas hacia Nueva Zelanda y Australia. Mientras tanto, en Chile, la detención de Larry Changa destaca la sofisticación de estos líderes criminales. La figura de Nicolás Maduro sigue en el centro de la controversia internacional, señalado por sus presuntos vínculos con el crimen transnacional.

La organización nacida en prisiones venezolanas extiende su influencia mientras líderes caen y nuevas rutas delictivas apuntan hacia América del Norte. Autoridades de varios países constatan su presencia y redibujan estrategias frente a un fenómeno que evoluciona con rapidez.

La organización criminal más investigada de Venezuela, el Tren de Aragua, perfila ahora un rumbo menos previsible: tras afianzarse en Sudamérica, las investigaciones oficiales advierten su avance hacia México, Estados Unidos y Canadá.

Esta confirmación de su presencia en estos países, sumada a la reciente caída o detenciones de varios de sus cabecillas, augura un cambio estratégico que está bajo la lupa de autoridades y expertos a nivel continental.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México informó la detención de Arturo Echezuría Alcántara, alias Nelson, principal responsable de consolidar la estructura del Tren de Aragua en territorio mexicano.

Su captura, resultado de un operativo coordinado por fuerzas federales, abarcó, además, a dos venezolanos identificados como miembros clave de la célula: Lucas Alberto Vielma Rojas y Marcos Gabriel Ortega Sotillo. Las acusaciones contra los tres implican trata de personas, homicidio, secuestro, tráfico de narcóticos y extorsión.

“Una especie de canciller”

La periodista venezolana Ronna Rísquez, autora del libro “El tren de Aragua, la banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina”, contextualizó la relevancia de este arresto.

Rísquez puntualizó: “Se confirma la presencia de presuntos miembros del Tren de Aragua en México. Sin embargo, creo que todo está también muy vinculado a toda esta operación y narrativa que se ha estado generando desde Estados Unidos en torno al Tren de Aragua y a este grupo criminal como un supuesto enemigo y potencial invasor en Estados Unidos”.

Pese al despliegue mediático y policial, la experta observa matices en torno a los arrestos: quienes cayeron en la Ciudad de México no figuran en los registros históricos venezolanos de líderes de la banda.

“Estas personas… no aparecen en esa lista. No significa que no puedan ser del Tren de Aragua, pero no necesariamente son jefes o líderes de la organización”, advirtió Rísquez.

La periodista de investigación también reveló que existen reportes, en investigaciones de Colombia y Estados Unidos, sobre un individuo identificado como “una especie de canciller” de la banda, quien habría operado en diversos países de la región, incluyendo México, aunque prefirió resguardar su identidad.

Además, la policía mexicana calculó que las actividades del grupo liderado por Nelson operaban en Puebla, Morelos, Estado de México y múltiples alcaldías de la capital mexicana. Los capturados tenían en su poder dosis de diferentes drogas, teléfonos celulares y una cantidad indeterminada de efectivo.

A la par del robustecimiento de la presencia del Tren de Aragua en México, las autoridades advierten que la estructura de la organización sufre un proceso de fragmentación en Sudamérica, donde antes resultaba hegemónica en crímenes de alto perfil.

En Chile, uno de los principales líderes del Tren de Aragua en ese país, Ender Alexis Rojas, murió al precipitarse desde un sexto piso en Colombia cuando procuraba evitar su captura durante un procedimiento policial.

La Policía de Colombia precisó que Rojas, identificado mediante circular roja de Interpol, había llegado al país tras orquestar actividades criminales en Chile y Perú. Durante el operativo, otros tres individuos venezolanos, igualmente miembros de la banda, terminaron detenidos.

Las fuerzas de seguridad atribuyeron a la célula actividades delictivas como extorsión, secuestro y tráfico de drogas sintéticas en Chile y Perú, desde donde intentaban expandirse a Colombia.

La lista de cabecillas que las autoridades estadounidenses asocian con el Tren de Aragua incluye a Giovanny San Vicente, Yohan José Romero (alias Johan Petrica) y Héctor Guerrero Flores (alias Niño Guerrero). Por la captura de estos tres individuos, la Embajada de Estados Unidos en Colombia y la policía nacional ofrecen hasta 12 millones de dólares en recompensas.

Nuevas sedes

Mientras la embestida policial desgasta las filas del Tren de Aragua en naciones sudamericanas, nuevas sedes aparecen inesperadamente al norte del continente.

La investigación del medio venezolano El Cooperante confirmó, a partir de declaraciones de Mathieu Bertrand, alto oficial de la Policía Montada de Canadá, que el grupo opera dentro de ese país desde hace por lo menos un año.

Bertrand sostuvo que “esos cárteles están utilizando Canadá como un punto de transbordo. Están muy involucrados en los delitos que impactan al país”.

El reporte canadiense detalla que los puertos del país funcionan como estación verde para el envío de metanfetaminas hacia lugares tan alejados como Nueva Zelanda y Australia.

“Estos grupos del crimen organizado… estudian el mercado como nosotros… Saben que hay vulnerabilidades en ciertos países”, puntualizó el funcionario policial.

La lista de bandas internacionales con epicentro en Canadá incluye también a la Mara Salvatrucha, Cártel del Golfo, Cártel de Sinaloa, La Familia Michoacana, Cárteles Unidos y el Cártel de Jalisco Nueva Generación.

El Gobierno de Canadá, en febrero, designó oficialmente al Tren de Aragua y el resto de esas organizaciones como grupos terroristas, justo después de que Estados Unidos hiciera lo propio.

Alias ‘Larry Changa’

En paralelo, las investigaciones del Tren de Aragua en Chile se han visto marcadas por la detención y proceso judicial de Larry Álvarez, alias Larry Changa. Este personaje, fundador del grupo en Venezuela junto a Niño Guerrero y Johan Petrica, fue arrestado en Colombia, donde permanece encarcelado a la espera de su extradición a Chile.

La Fiscalía Regional de Tarapacá lo acusa de múltiples ilícitos, entre ellos tráfico ilícito de drogas y asociación criminal.

El caso de Larry Changa exhibe la sofisticación y alcance político de estos cabecillas, al emprender maniobras legales inusuales. Su defensa envió una carta al presidente de Colombia, Gustavo Petro, solicitando la apertura de “un proceso exploratorio de paz” para la organización, además de pedir que se suspendieran los trámites de extradición, en tanto se evaluaba esa petición.

El Ministerio Público chileno ratificó el interés de que Álvarez sea juzgado en los tribunales chilenos y cumpla allí las penas que resulten de su proceso.

La raíz de esta organización hasta hace poco estuvo anclada en las cárceles venezolanas, desde donde emergió hace poco más de una década para sumar adeptos en países como Chile, Perú, Colombia y Bolivia.

Según Rísquez, el modo de operación del Tren de Aragua difiere radicalmente del de los tradicionales cárteles o pandillas latinoamericanas: “No es un cartel como han operado los carteles en Colombia o en México, o no es una guerrilla. Es un grupo diferente. Tampoco es una mara. Es un grupo diferente, con unas características muy particulares”.

La periodista subraya que la organización prefiere la negociación y la cooperación con estructuras criminales locales para acceder a nuevos territorios, evitando choques directos. Lo cual parece ya estar poniendo en práctica.

La figura de Maduro

En el trasfondo de estas operaciones, la figura de Nicolás Maduro, presidente venezolano, permanece incuestionada en el centro de la discusión internacional sobre el crimen transnacional.

Según Rísquez, la connivencia de militares y funcionarios gubernamentales con mercados delictivos ha permitido la consolidación de redes como el “Cartel de los

Soles”, del cual difiere estructuralmente el Tren de Aragua, aunque pueda funcionar como “operador logístico” en determinadas rutas para el tráfico de drogas.

El grupo criminal hace metamorfosis según el país y el momento, adaptando sus alianzas y actividades a la lógica de los mercados ilícitos regionales.

Mientras tanto, en México proliferan los relatos de migrantes venezolanos atrapados por la expansión del Tren de Aragua, incapaces de regresar a su país y sin facilidades para continuar su tránsito al norte del continente.

Las designaciones de terrorismo, las recompensas millonarias y el despliegue internacional de fuerzas policiales dibujan un mapa continental en efervescencia, donde el Tren de Aragua redefine la geografía de la criminalidad latinoamericana con cada arresto, cada fuga y cada nueva frontera traspasada.