Hace un año, cuando recién Gabriel Boric había asumido la Presidencia, Arce señaló que el restablecimiento de las relaciones solo sería posible "en el marco de la solución al tema marítimo" y que hacía "votos" para que el nuevo mandatario chileno terminara con el "enclaustramiento del pueblo boliviano".

El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó este jueves que es el momento de iniciar una “nueva etapa” con Chile, para lo que planteó siete puntos que abordan la reivindicación marítima, el litio y la migración.

Todo esto se dio en un acto para conmemorar los 144 años de la pérdida del litoral en la guerra del Pacífico.

“Hoy se cumple un año más desde que se mutiló aquella relación directa y ancestral que tuvimos siempre con los mares”, dijo el mandatario.

“Es una herida abierta no solo en el país sino en nuestra América”, dijo Arce al iniciar su discurso.

El presidente señaló que como ocurrió durante el Gobierno de Salvador Allende en Chile (1970–1973) está seguro que “será posible viabilizar las justas, legítimas e históricas aspiraciones de un pueblo que nació con costas marítimas”.

“Es momento de iniciar una nueva etapa de relacionamiento bilateral que nos permita un diálogo franco sincero y con la valentía para abordar los temas históricos que nos separan”, anunció Arce y añadió que no hay que tener “miedo de sanar heridas”.

“Nueva etapa” y los siete puntos

Arce mencionó siete temas que considera se deben tratar en una eventual “nueva etapa” con Chile y el resto de la región.

El primero es mar para Bolivia, el presidente dijo que no dejarán de “proponer la necesidad de trabajar en el tema de nuestra reivindicación marítima con Chile”.

Bolivia, afirmó, “nunca renunciará a su derecho imprescriptible a una salida soberana al océano Pacifico, el fallo de La Haya abre esa posibilidad”.

El siguiente punto fueron las aguas del Silala del que dijo que su Gobierno trabaja para “desmantelar la canalización, restaurar los bofedales y aprovechar el agua”.

Todo esto está de acuerdo, según él, como quedó establecido en el pronunciamiento de la CIJ sobre este asunto.

En diciembre pasado, la CIJ subrayó en su sentencia que “no está llamada a tomar ninguna decisión” sobre la disputa entre Bolivia y Chile por las aguas del Silala.

Esto, ya que las partes están de acuerdo en que se trata de un cauce internacional.

El Silala nace en unos manantiales en el departamento boliviano de Potosí y cruza la frontera hacia el desierto de Atacama, una de las regiones más áridas del planeta, hasta desembocar en otro cauce en Chile.

En el cuarto punto cuestionó la privatización de los puertos chilenos con lo que ese país está “delegando el cumplimiento de sus compromisos” enmarcados en el tratado de 1904 “a empresas privadas que se lucran con el enclaustramiento boliviano”.

Tras esto pidió a Chile que cumpla con los pactos “al libre transito” de la carga boliviana.

Finalmente, propuso un dialogo regional sobre la migración y trabajar de manera conjunta contra el crimen organizado y contrabando.

Reivindicaciones entre Chile y Bolivia

El presidente insistió en que, según algunos estudios, ante la falta del litoral marítimo Bolivia pierde “la posibilidad de crecer anualmente por lo menos un 1% del producto interno bruto debido a la situación de enclaustramiento”.

“Carecer de litoral es una condición que influye objetivamente y de forma negativa sobre el desarrollo y el bienestar de los pueblos”, argumentó.

“En el caso boliviano no puede ser atribuida a causas naturales o situaciones de origen sino a una acción bélica e injusta”, dijo el mandatario.

Según Arce, la CIJ “en su fallo de 2018 estableció que entre Bolivia y Chile existe un asunto pendiente sobre el enclaustramiento marítimo” boliviano.

Además, “declaró que ambas partes mediante el diálogo y negociaciones significativas pueden encontrar una solución a esta controversia histórica”.

Los actos por el Día del Mar iniciaron con ofrendas florales por parte del presidente Arce y demás autoridades a los pies del monumento de Eduardo Abaroa.

Él es considerado héroe boliviano por su resistencia ante las tropas chilenas en la batalla por la defensa de Calama, que actualmente es una población de Chile.