El gobierno de los Estados Unidos dijo estar evaluando todas las opciones disponibles para lograr la liberación de 17 ciudadanos estadounidenses y canadienses secuestrados en Haitó por la pandilla 400 Mawozo, quienes llevan ya 10 días en manos de la peligrosa banda. Sin dar detalles sobre sus opciones, advirtió que el proceso podía tomar días y trazó que la administración de la superpotencia no negocia con secuestradores, por lo que no está dispuesta a pagar el rescate que se exige por la vida de las víctimas.

Estados Unidos está examinando “todas las opciones posibles” para conseguir la liberación de los misioneros estadounidenses secuestrados hace más de una semana en Haití, aseguró este martes Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden.

En una rueda de prensa en la Casa Blanca, Sullivan recordó que el Buró Federal de Investigaciones estadounidense (FBI) ha enviado agentes a Haití para localizar a las 17 personas, entre ellas 16 misioneros estadounidenses y sus familias, que fueron secuestrados el pasado 16 de octubre en el país.

“Hemos aportado los recursos y activos que creemos que pueden ayudar a que esto llegue a una conclusión exitosa”, aseguró el asesor de Biden.

El presidente estadounidense recibe información cada día sobre el caso y “está profundamente interesado” en asegurar que se localiza y libera a cada una de esas personas, tanto los adultos como los cinco niños que estaban en el grupo, subrayó.

“Estamos evaluando cualquier posible opción para lograrlo”, afirmó Sullivan.

No obstante, afirmó que ese tipo de secuestros en Haití pueden tardar en resolverse “según las diferentes circunstancias”, y que es necesario gestionar la situación “de la forma más cuidadosa posible”.

Los misioneros están retenidos por la banda 400 Mawozo, que pide un rescate de 17 millones de dólares por los cinco niños y doce adultos a los que secuestró en el autobús en el que viajaban tras visitar un orfanato de la comunidad de Ganthier, a las afueras de la capital haitiana.

La Casa Blanca recalcó la semana pasada que su política es no negociar con secuestradores, por lo que no está dispuesta a pagar el rescate de los misioneros, que son miembros de la asociación Christian Aid Ministries, con sede en Ohio, en el medio oeste de Estados Unidos.

La banda responsable, 400 Mawozo, es una de las más peligrosas de Haití, lleva años sembrando el terror en los suburbios de Puerto Príncipe y controla parte de la localidad de Ganthier, donde se produjo el rapto.

El secuestro de los misioneros ha derivado en la dimisión del director general de la Policía Nacional haitiana, Léon Charles, que estaba al frente del cuerpo desde noviembre de 2020 y tuvo que lidiar con una de las mayores olas de violencia de los últimos años.

Sullivan aseguró además este martes que, durante su participación este fin de semana en la cumbre de líderes del G20 en Roma, Biden y el resto de la delegación estadounidense plantearán los desafíos “graves” que enfrenta Haití, donde hay una “creciente invasión del espacio político y económico por parte de las bandas criminales”.

“Estados Unidos tiene que hacer su parte para que Haití consiga el tipo de inversiones y ayuda internacional que necesita, pero otros países que tienen una larga relación con Haití también tienen que hacer más”, añadió.