La deuda de Argentina “no es sostenible” y el país requiere que los acreedores privados contribuyan a hacerla sustentable, concluyó este miércoles el FMI al finalizar una misión de una semana en Buenos Aires.

“Se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad”, señaló la entidad.

“Nuestra visión es que el superávit primario (antes del pago de intereses) que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y (tener) un crecimiento del producto potencial satisfactorio, no es económicamente ni políticamente factible”, argumentó el organismo.

La deuda pública global del país superaba los 311.000 millones de dólares a mediados de 2019, más del 90% del Producto Interno Bruto (PIB).

Al FMI Argentina le debe actualmente 44.000 millones de dólares.
A dos meses de haber asumido, el presidente Alberto Fernández (centro-izquierda) dijo que así como está, la deuda es impagable y reclama al FMI y a los bonistas renegociar los plazos, el capital y los intereses.

“Voluntad de acordar”

Fernández se mostró satisfecho de la visita. “Celebro que el FMI reconozca la posición argentina respecto de los procesos de endeudamiento”, dijo En Twitter.

“Si todas las partes demuestran voluntad de acordar, podremos volver a crecer, honraremos nuestros compromisos”,
añadió.

En un comunicado, el ministerio de Economía subrayó que el FMI “coincidió” con la postura gubernamental: “se deterioró significativamente la capacidad de enfrentar el nivel y el servicio de los intereses de la deuda pública de Argentina, en comparación con el último análisis de sostenibilidad de deuda del FMI, publicado en julio de 2019”.

Argentina había cancelado su deuda por completo con el FMI en 2006 pero en el gobierno del liberal Mauricio Macri (2015-2019)
, en medio de un crisis que golpeó duramente a su moneda, tomó el mayor crédito que haya concedido el FMI, 57.000 millones de dólares.

Con el país en recesión hace casi dos años y una tasa de pobreza que creció hasta casi el 40%, Fernández suspendió definitivamente los desembolsos del FMI cuando se acumulaban 44.000 millones de dólares del total contraído.