Un activista indígena, reconocido por su férrea lucha contra la construcción de una hidroeléctrica proyectada para el céntrico estado de Puebla, fue asesinado este viernes, denunció la autónoma Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

La comisión condenó en un comunicado “el homicidio del líder indígena Leonel Díaz Urbano” y exigió medidas cautelares para su familia.

La CNDH pidió al gobierno también extender dicha protección a los pobladores de San Juan Tahitic, Puebla, donde la empresa Gaya planea construir la planta, y exigió a las autoridades “la indagación amplia, exhaustiva y profesional de este homicidio, sin omitir líneas de investigación”.

Recordó la lucha “constante” de Díaz para evitar la instalación de una hidroeléctrica en San Juan Tahitic, apuntando que, según el activista asesinado, el proyecto “generaría graves daños al medio ambiente, los cuales calificaba de irreversibles, ya que se removerían 60 hectáreas de vegetación alrededor del Río Apulco, además de que se desviaría totalmente su cauce“.

Díaz Urbano fue asesinado a balazos mientras dormía en su casa ubicada en el municipio serrano de Zacapoaxtla, Puebla, según versiones periodísticas. Hasta el momento las autoridades no han hecho ningún pronunciamiento al respecto.

En febrero fue asesinado Samir Flores Soberanes, uno de los principales opositores a la operación de la termoeléctrica de Huexca y del gasoducto de Amilcingo del estado de Morelos, situado también en el centro del país.

Más de 40 defensores y activistas de derechos humanos han sido asesinados en México desde 2006, según cifras de la CNDH.