Unos 300 migrantes salieron este domingo de San Salvador hacia la frontera con Guatemala con el objetivo final de llegar a Estados Unidos en busca del “sueño americano”, constataron periodistas de la AFP.
Con gorras, abrigos, una mochila en la espalda y algunas provisiones, hombres y unas pocas mujeres partieron, custodiados por la policía, de la plaza El Salvador del Mundo, en el sector oeste de la capital.
Los migrantes, que buscan emular la caravana de hondureños que salió el 13 de octubre de San Pedro Sula, desatendieron el llamado del gobierno salvadoreño, que el viernes les pidió no poner en riegos sus vidas viajando en forma ilegal.
“Vamos un poco más de 300 personas, pero esperamos que conforme caminamos hacia la frontera se nos incorporen más compatriotas“, declaró a la AFP Hernán Quinteros, de 48 años, un sargento retirado del ejército.
Para Quinteros, quien participó en la guerra civil salvadoreña (1980-1992), “es doloroso” dejar a sus tres hijos, pero tiene la esperanza de llegar a Estados Unidos porque “es el país de las oportunidades”.
“Uno de joven pasa hasta un año esperando un trabajo que nunca llega, por eso busco el sueño americano”, afirmó por su parte Pablo Figueroa, de 24 años, quien llegó desde la ciudad de Santa Ana para sumarse a la caravana.
Figueroa, quien se dedica a cantar en restaurantes, dice que vive de las propinas, pero quiere un empleo seguro que le permita “construir un proyecto de vida”.
Entre las mujeres del grupo está Lorena Cruz, una madre soltera de 38 años que debido al viaje deja atrás a tres hijos de 16, 12 y 10 años, en busca de un futuro mejor para ellos.
“Para mí es una oportunidad (de migrar) que se me presenta con la caravana. Poder viajar con ‘coyote’ cuesta mucho dinero”, confiesa Lorena.
“Coyote” es el nombre que reciben personas que cobran por acompañar y ayudar a inmigrantes ilegales a cruzar la frontera.
Un agente policial dijo a la AFP que tienen la misión de “garantizar la seguridad” de los migrantes hasta la frontera con Guatemala.
En Estados Unidos viven unos 2,5 millones de salvadoreños, la mayoría ya regularizados.
Según cifras oficiales, El Salvador recibió el año pasado 5.021,3 millones de dólares en remesas familiares, equivalente a 15,8% del Producto Interno Bruto.