“200 años destruidos por el fuego”, así tituló la portada del diario Globo, el más importante de Brasil, el incendio que consumió el museo nacional de Río de Janeiro, fundado en 1918 y que contaba con más de 20 millones de piezas de exhibición.

El incendio que destruyó la totalidad del Museo Nacional de Brasil, acabó con más de 20 millones de piezas de colección, incluyendo momias egipcias y artefactos grecorromanos, así como colecciones de paleontología que incluyen el esqueleto de un dinosaurio hallado en la región de Minas Gerais y el más antiguo fósil humano encontrado en el actual Brasil, bautizado “Luzia”.

También contiene otros tesoros, como el mayor meteorito encontrado en Brasil, bautizado como ‘Bendegó’ y que pesa 5,3 toneladas.

Aunque la dirección del museo aún no ha confirmado qué piezas fueron destruidas y si alguna pudo resistir al fuego, activistas y políticos comenzaron a buscar responsables, señalando que la tragedia se pudo haber evitado con una buena política de mantenimiento del edificio.

Bajo presupuesto

Aunque las causas del incendio deberán se determinadas por la investigación posterior, en Brasil ya apuntan hacia un factor determinante: la reducción de presupuesto.

De acuerdo a Globo, la grave crisis fiscal que sufre Brasil obligó a una drástica reducción presupuestaria de las instituciones dependientes del Estado, incluyendo al Museo Nacional, que este año sólo recibió dos tercios del dinero que le correspondía.

El museo debía recibir cada año 550 mil reales (más de 91 millones de pesos), pero en 2018 la Universidad Federal de Río de Janeiro sólo le entregó 330 mil reales (54 millones de pesos).

“Al visitar galerías, salones, bodegas y áreas administrativas, era evidente la necesidad de reparaciones. Habían termitas en algunas estructuras de madera. Incluso una sala de paleontología fue cerrada debido a la presencia de insectos”, reporta el periódico brasileño respecto a un episodio de hace algunos años.

La falta de presupuesto incluso afectó al funcionamientos, por ejemplo hace más de 15 años los turistas no podían visitar un esqueleto de ballena jorobada, reporta el portal G1.

Lamentos

El vicedirector del museo, Luiz Fernando Dias Duarte, dijo sentir “un desánimo profundo” y una “inmensa rabia”. “Todo el archivo histórico, que estaba almacenado en un punto intermedio del edificio, fue totalmente destruido. Son 200 años de historia que se fueron”, afirmó.

Dias Duarte acusó además a las autoridades brasileñas de “falta de atención” y sostuvo que nunca se contó con un “apoyo eficiente y urgente” para la adecuación del palacio, que fue residencia oficial de la familia real e imperial.

“Luchamos hace años, en diferentes gobiernos, para obtener recursos para preservar adecuadamente todo lo que fue destruido hoy”, declaró a periodistas.

Mientras las llamas iban consumiendo las dependencias de esta joya de la cultura brasileña ubicada cerca del estadio Maracaná, la pena se mezclaba con la indignación de investigadores, profesores y alumnos de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

Algunos de ellos convocaron para este lunes una manifestación de protestas frente al edificio destruido.

En las redes sociales, la etiqueta #MuseuNacional se convirtió en la principal tendencia en Brasil.

“Es una tragedia devastadora para todo el mundo, no sólo para Brasil y muestra la manera cómo la ciencia y las humanidades son tratas en mi país. Nada podrá reparar nunca esto”, escribió, indignado, @RenatoAMorais.

El senador Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), denunció la falta de medios para el sustento del Museo y las atribuyó a los recortes de gastos ordenados por el actual gobierno.

Por su parte, el mandatario Michel Temer se limitó a lamentar lo acontecido a través de un comunicado de prensa. “Hoy es un día trágico para Brasil. Se han perdido doscientos años de trabajo, de investigación y conocimiento”, agregó el presidente.

Más tarde en twitter, el ministro de Cultura, Sérgio Sá Leitao, en el cargo desde julio de 2017, reconoció que “la tragedia podría haber sido evitada”, explicó que los problemas del museo “se fueron acumulando a lo largo del tiempo” y recordó que en 2015, en el gobierno de la izquierdista Dilma Rousseff, “fue cerrado por falta de recursos para su mantenimiento”.