El centroizquierdista Ciro Gomes prometió el viernes combatir los privilegios y limpiar a Brasil de la corrupción, tras ser proclamado candidato a las elecciones de octubre por el Partido Democrático Trabalhista (PDT).

Gomes, un abogado de 60 años que busca por tercera vez llegar al Palacio de Planalto, fue designado a mano alzada por unos 500 delegados del PDT y de representantes de movimientos sociales reunidos en Brasilia, al grito de “¡Brasil presente, Ciro presidente!”.

Conocido por sus derrapes verbales y su capacidad de transitar por partidos de cuño ideológico opuesto, Ciro hizo hincapié en la necesidad de “volver a crecer, de reindustrializarse, de reducir las desigualdades para acabar con la vergüenza de la pobreza extrema”.

Pero también recalcó que Brasil “está en una situación fiscal absolutamente deplorable”, en un gesto hacia los mercados temerosos de sus propuestas “populistas”.

Gomes no se olvidó de fustigar el flagelo de la corrupción, en un país que desde el inicio de la investigación Lava Jato, en 2014, vio a los dirigentes de prácticamente todos los partidos ser investigados, denunciados -como el presidente saliente de centroderecha Michel Temer- o encarcelados, como el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).

“La corrupción desvía desvergonzadamente el dinero del pueblo, es un cáncer que despoja la confianza del pueblo en la política y en la democracia”, subrayó Gomes, que fue ministro de Hacienda de un gobierno de centroderecha en 1994 y ministro de Integración Nacional bajo la presidencia de Lula.

Llamó además a “combatir la cultura del odio”, en vísperas de unas elecciones rodeadas por la incertidumbre y con un fuerte empuje del candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar (1964-85), partidario de la flexibilización del control de armas para combatir la inseguridad.

Esas tentativas de presentarse en la confluencia de varias corrientes sufrió un golpe el jueves, cuando una alianza de partidos conservadores (el ‘centrao’) a los que trataba de atraer anunció que apoyaría al exgobernador liberal de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, del PSDB.

Lula, del Partido de los Trabajadores (PT), lidera las encuestas electorales, pese a purgar desde abril una pena de más de doce años de cárcel por corrupción y a la probable impugnación de su candidatura por la justicia electoral.

En ausencia de Lula, Bolsonaro encabeza la intención de voto con 17%, seguido de la ecologista Marina Silva (13%) y de Gomes (8%).

El distanciamiento del ‘centrao’ podría obligarlo a poner más énfasis en el discurso de izquierda, para tratar de recuperar el electorado de Lula.

El vicepresidente del movimiento sindical del PDT, Roberto Bastos Lopes da Silva, aseguró que el fracaso de esa alianza “ya estaba previsto”. Los miembros del ‘centrao’ son “representantes de le burguesía fallida del país”, en tanto que Gomes encarna “la construcción del país, la reactivación de la industria nacional”, dijo el dirigente a la Agence France-Presse.

Negociaciones frenéticas

Las convenciones partidarias, que se desarrollarán hasta el próximo 5 de agosto, son una etapa clave en estos masivos comicios que elegirán también a los 27 gobernadores, a los 513 diputados y a un tercio de los 81 senadores, con una primera vuelta el 7 de octubre y el eventual balotaje el 28.

Las inscripciones ante la justicia electoral deberán realizarse antes del 15 de agosto.

Hasta ese día, los 35 partidos representados en el Congreso podrán pactar alianzas para formar listas con el mayor número de apoyos posibles.

Eso es fundamental para conseguir más fondos electorales y más minutos de propaganda gratuita en radio y televisión, un arma que en Brasil sigue siendo poderosa y que se distribuye en función del tamaño y el número de diputados de cada bancada.

De ahí surgen pactos que parecen inverosímiles. Y el hecho de que en estos comicios esté prohibido el financiamiento empresarial agrega frenesí a las negociaciones.

“Todos van a tener que hacer concesiones. Algunos esperarán hasta el final para ver quién ofrece más”, explica el politólogo Sennes.

Tras la convención del PDT, el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) lanzará el sábado la candidatura de Guilherme Boulos (de izquierda) y el domingo el Partido Social Liberal (PSL) proclamará la de Bolsonaro.

El Movimiento Democrático Brasileño (MDB), el poderoso partido del presidente Temer, quien desistió de postularse ante su impopularidad récord, proclamará el próximo 2 de agosto al exministro de Hacienda Henrique Meirelles.

Tres partidos celebrarán sus convenciones el 4 de agosto: el PT, que espera proclamar la candidatura de Lula; el pequeño Rede, plataforma de Marina Silva en su tercera tentativa de llegar al palacio de Planalto; y el PSDB, que proclamará a Geraldo Alckmin, que intentará la aventura por segunda vez.