Francia comenzará a cerrar sus bases militares en el norte de Malí, creadas para combatir la insurgencia yihadista, en el “segundo semestre de 2021”, anunció el viernes el presidente Emmanuel Macron.

El cierre de estas bases “terminará de aquí a inicios de 2022”, dijo Macron en una rueda de prensa, tras una cumbre con los líderes de los países del grupo G5 Sahel.

Justificó la decisión por “los éxitos logrados hasta ahora”, que han hecho cambiar la estrategia de los yihadistas, pues ya no buscan asentarse en el territorio, y por la mayor internacionalización de las operaciones en la zona gracias a la presencia militar de la Unión Europea (UE).

En todo caso, Macron aseguró que Francia no abandonará a los países de la zona, sino que se trata de una “reconfiguración de nuestra presencia, bajo modalidades concertadas con nuestros socios del Sahel” porque “Francia no tiene vocación a seguir eternamente en la región”.

“Nuestros enemigos han dejado de lado sus ambiciones territoriales, prefiriendo extender su amenaza no sólo en el Sahel, sino en toda África Occidental”, declaró Macron en una rueda de prensa con el presidente de Níger, Mohamed Bazum.

Bazoum calificó la disminución del dispositivo francés como “una racionalización del compromiso, con la que estamos plenamente de acuerdo”.

Francia mantiene desde 2014 un dispositivo de unos 5.100 soldados en el Sahel para apoyar a los cinco países en las operaciones contra varios grupos yihadistas, como Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS) o Boko Haram.

Los analistas han advertido de que la amenaza yihadista en los cinco países del Sahel podría provocar un aumento de las amenazas terroristas en países como Costa de Marfil o Benín.