El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboun, visitó hoy al líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Gali, ingresado hoy en el hospital militar de “Ain Naadja” en la capital, Argel, y agradeció a España la hospitalización del líder saharaui.

En vídeos publicados en la página web oficial de la Presidencia argelina, se puede ver a Tebboun que llegó al hospital acompañado por el jefe del Ejército, Said Chengrihaal.

Tebboun preguntó sobre el estado de salud del presidente saharaui, y elogió el hecho de que Gali “compareciera ante la Justicia española”.

“Usted ha mostrado que la RASD es una República de derecho y siempre cumple con la legalidad”, dijo Tebboun al presidente saharaui antes de agradecer a España “por haber aceptado” la solicitud de hospitalización de Gali.

“Somos militantes en cualquier lugar y cualquier condición”, contestó Gali antes de añadir que su estado de salud “mejora” y que “estoy en buenas condiciones sicológicas y físicas, ya que estoy en Argel”, según el vídeo publicado en la web oficial.

Gali llegó hoy a Argel tras recibir el alta del hospital español tras considerar los médicos que su hospitalización ya no era necesaria, indicó el embajador saharaui en Argel, Abdelkader Taleb Omar.

Gali, de 71 años, salió de la ciudad española de Pamplona en torno a la 1:30 de la madrugada (7:30 en Chile) en un avión civil francés fletado por Argelia, principal defensor de la causa saharaui, y aterrizó dos horas después en un aeropuerto militar desde donde fue trasladado al centro médico para proseguir con su recuperación de la covid-19, explicaron las fuentes.

La presencia de Gali en España causó la irritación del Gobierno marroquí y generó una crisis diplomática que derivó en una avalancha de más de 9.000 inmigrantes indocumentados que cruzaron la frontera desde Marruecos hacia la ciudad española de Ceuta, de los que unos 8.000 han sido ya devueltos a su país.

El líder del Polisario regresó a Argelia tras declarar ante la Audiencia Nacional Española por dos querellas en las que se le acusa de delitos de lesa humanidad, tortura y represión de opositores en los campamentos de refugiados.

El juez decidió no imponerle medidas cautelares pero pidió a Gali mantenerse localizable.