Los sábados, después de Lugares que Hablan, Canal 13 ha logrado cosechar un silencioso pero contundente éxito de sintonía con Helga y Flora, la serie policial ambientada en 1933, en la que se investiga el robo de un caballo fina sangre en el extremo sur de nuestro país.

La producción dirigida por Christian Aspèe, cuenta la historia de Helga Gunkel (Amalia Kassai) y Flora Gutiérrez (Catalina Saavedra), las primeras mujeres de la policía fiscal de Chile.

En el primer episodio, ambas son enviadas a su primera misión consistente en viajar hasta Kerren, un poblado ubicado en el extremo sur de nuestro país, para investigar el robo de un caballo fina sangre propiedad de Don Raymond Gamper (Alejandro Sieveking), un poderoso estanciero de origen alemán.

Aunque parece un caso aparentemente simple, este será el inicio de un destape de otros crímenes que el pueblo prefiere ignorar como el asesinato de “Julia Pirén”, una mujer que fue encontrada muerta en Playa Blanca.

Canal 13
Canal 13

Uno de los personajes más misteriosos y sospechosos de la serie es Alexander Nestroy (Mario Ossandón), un médico austríaco de 75 años que llegó al pueblo arrancando de Austria.

El hombre se hospeda es cercano a “Raymond” (Alejandro Sieveking) y se ha convertido en el gran sospechoso del asesinato de “Julia Pirén”.

BioBioChile conversó con él sobre su aplaudido rol y esto fue lo que nos contó.

¿Cómo definirías tu personaje?

– “Nestroy” es un gran personaje. El doctor “Alexander Nestroy” es complejo, contemporáneo a su época… contiene las contradicciones de un hombre inteligente y sensible. Una persona atrapada en su presente y que producto de un autoexilio necesario, castra a sus vínculos más íntimos: su mujer e hijos, y huye al fin del mundo donde se sostiene a pulso de voluntad y alcohol.

En este fin de mundo, en Kerren, se ampara bajo la tiranía de “Raymond” (Alejandro Sieveking), donde ejerce su profesión desde lo nobleza y la barbarie. Junto con lo anterior renace el amor, se vuelve a enamorar de una mujer que representa lo opuesto a su cultura, a sus raíces, a sus genes y a su rol dentro de la estancia. Como es parte de su vida, un devenir trágico y fragmentado no logra consumar su amor en libertad.

¿Cómo te preparaste para el rol?

– Supe del proyecto tres semanas antes que comenzara el rodaje. Estaba de vacaciones en un lugar al sur de Chile sin señal y al volver de mis vacaciones me encuentro con muchas llamadas de Roberto Matus, quien me invita a un casting. Luego de dos castings, el director Christian Aspèe me confirma que el rol es para mí… y yo feliz y con un gran desafío.

Eso fue a fines de febrero del 2018, desde ahí construí a “Nestroy” hasta fines de diciembre de ese año, fecha en que terminamos de grabar.

La preparación del rol fue multidimensional. El punto de partida fue el guión. Gracias al trabajo de los guionistas Omar Saavedra, Luis Emilio Guzmán y Christian Aspèe, tuve un marco para componer un personaje.

Luego vino mucho trabajo personal en comprender a “Nestroy”: ¿Qué hace un austriaco en los años 30, médico, en una estancia perdida en el término o inicio de América? Una vez que fui comprendiendo su manera de pensar y de relacionarse con su entorno, comencé a componer su lenguaje emocional, físico, verbal, espacial y temporal dentro del desarrollo dramático de la historia.

Posteriormente, todos estos elementos compositivos intenté matizarlos en las particulares relaciones y situaciones que “Nestroy” viviría dentro de la historia. En este proceso fue fundamental el diálogo constante y constructivo con el director general, colegas, director de fotografía, equipo de arte, técnicos y productores, con los cuales por la sincronía otorgada se generó un proceso creativo muy satisfactorio.

Canal  13
Canal 13

¿Qué piensas de los buenos resultados de la serie a pesar del horario?

– Pienso que es fruto de la excelencia profesional y técnica de un equipo de personas que sabe hacer cine y televisión de calidad. Pienso que la gran mayoría de los chilenos son personas inteligentes, sensibles, curiosas y que aman su tierra, su cultura y sus raíces.

“Helga y Flora” es nuestra, sintetiza con delicadeza en su manufactura y crueldad en su relato a nuestra patria, potencia las fortalezas de la mujer profesional-independiente y expande, entre muchos otros elementos, nuestro patrimonio material e inmaterial de la Patagonia.

Lo que ha pasado con la serie demuestra que nuestra audiencia está interesada en producciones audiovisuales de calidad, y a pesar de un horario esquivo, los chilenos han hecho un esfuerzo porque “Helga y Flora” les atrae, los moviliza, los inquieta y los conmueve.

¿Cuál te gustaría que fuera el aporte de la serie en el momento actual?

-¿El aporte en el momento actual? Aporta a sostener que Chile es tierra de poetas y de artistas rigurosos, comprometidos y generosos que queremos, a pesar de las grandes dificultades que tenemos para ejercer nuestra profesión, hacer las cosas bien. Además, devela nuestro patrimonio material e inmaterial y aporta educación artística, turismo, cultura y belleza a este presente hostil.