Un complicado y duro año vivió el periodista Manuel de Tezanos debido a una enfermedad que nadie podía diagnosticar.

Durante meses el comunicador de CDF tuvo que vivir con mareos, fiebre y fatiga, que cambiaron por completo su rutina.

Debido a sus síntomas tuvo que bajar su carga laboral e incluso social. “Estuve como 10 días sin ir a trabajar. Empecé a volver cuando me sentía mejor, pero los efectos siguieron durante todo el año”, explicó a Las Últimas Noticias.

“Había días en que me sentía mejor y otros peor. Me fui de vacaciones a California, primero, y más tarde a Buenos Aires, y también me sentí igualmente pésimo”, añadió.

“A veces, después del programa de la noche, llegaba a la casa tiritando. O se me ponía la boca pastosa, llena de llagas. Y eso para mí que tengo que hablar como forma de trabajo, era difícil”, reconoció.

Pasó por muchos médicos y especialistas, “incluso me hicieron biomagnetismo, me inyectaron vitaminas, probé de todo”, pero recién en febrero pasado, un médico recomendado por un amigo dio con el origen del problema: mononucleosis.

“Él descubrió que el bicho estaba escondido en mi sistema nervioso. Era un capo. Me dio un antiinflamatorio específico y a los tres días recuperé el ánimo. Sentía cómo si nada me hubiese pasado”, reconoció.

Esta enfermedad infecciosa, también conocida como la “enfermedad del beso”, se suele contraer por medio de la saliva, sin embargo, el animador no entiende cómo se contagio.

“Hace tiempo que no portaba mal (ríe). No tenía polola, no daba besos. Coincidió justo con una etapa de mucho trabajo. Pasaba metido en el canal, grabando promociones de los programas y cosas así. Pienso que tal vez tomé un vaso que no era mío, anda a saber tú”, dijo.

El periodista reconoció que temió lo peor. “Pensé que podía ser depresión endógena porque los exámenes salían bien y tampoco había signos de cáncer o leucemia. Todos me decían que esto estaba en mi cabeza”, recordó.

“Esta es una enfermedad que todos conocen, pero nadie sabe qué es y se lo toman para la chacota. Y es menos para la risa cuando te agarra a los 40 años”, finalizó. .