VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La cinta "Cónclave", dirigida por Edward Berger, ha acaparado la atención al recibir 8 nominaciones a los Premios Óscar. En esta historia sobre la elección de un nuevo Papa, destaca la actuación de Carlos Diehz como el cardenal Vincent Benítez, un personaje con misteriosas intenciones. Diehz, luego de dejar atrás su carrera de 30 años en arquitectura, se adentró en el mundo de la actuación y su papel en "Cónclave" le ha valido el reconocimiento. El actor comparte créditos con estrellas como Ralph Fiennes y Stanley Tucci, quienes lo han ayudado a evolucionar en su nueva faceta artística.

Este domingo en el Dolby Theatre de Los Ángeles, EE.UU, se llevarán a cabo los Premios Óscar, donde una de las cinta que ha acaparado la atención es Cónclave, dirigida por Edward Berger.

La película, que en palabras simples relata la reunión de los cardenales del mundo para elegir a un nuevo Papa cuando este muere, recibió nada menos que 8 nominaciones a los premios de la Academia.

Entre ellas, la de “Mejor guion adaptado”, “Mejor actriz de reparto” (Isabella Rossellini), “Mejor actor principal” (Ralph Fiennes) y a “Mejor película”.

Para quienes han visto el film, pudieron notar la actuación del actor detrás del personaje de Vincent Benítez, un cardenal de origen mexicano que cumple misión en Kabul, Afganistán, después de ser encomendado por el sumo pontífice, cuyo nombramiento es desconocido para todas las demás eminencias.

Por ello, cuando llega hasta la congregación y nadie lo conoce, automáticamente se convierte en un “forastero” cuyas intenciones no quedan claras para nadie.

Lo que pocos conocen es que el actor detrás del personaje es Carlos Diehz, un mexicano que dejó atrás más de tres décadas de carrera en la arquitectura, para seguir su sueño de dedicarse a la actuación.

En conversación con BioBioChile, el originario de la Ciudad de México, reveló que su primer acercamiento con la actuación ocurrió en su infancia, cuando apenas tenía 14 años.

“La actuación es algo que tenía pendiente que hacer desde que estaba posiblemente la secundaria o en la preparatoria quizás a los 14, 15 años de edad más o menos, cuando me llamó la atención, pero nunca me hice de veras el propósito de hacerlo de una forma más seria, más dedicada, porque Arquitectura era mi pasión. Entonces dije primero arquitecto y después los pasatiempos”, reconoció.

“En cinco años yo me veo en una película que se va a llevar el Óscar”

Por ello, cuando su hijo menor estaba listo para irse a la universidad en Montreal, Canadá, Carlos vio las señales de retomar su pasatiempo, sin embargo, se convirtió en algo más serio cuando uno de sus coaches de teatro -clases que tomaba en línea- le advirtió: “Si esto lo ves como pasatiempo, no estés perdiendo el tiempo, ni me hagas perder el tiempo a mí”.

Con esto, de acuerdo al actor, entendió que esto se trataba de una inversión a largo plazo.

Sin embargo, nunca lo hizo con la idea de tener la fama que tiene hoy: “En un principio no, ese no era el plan, pero como un año y medio de estar yendo a talleres de actuación y todo eso una coach dijo ‘¿Dónde se ven en cinco años?’”.

“Esto fue hace cuatro casualmente y dije ‘No, pues en cinco años yo me veo en una película con nominados a Óscares o con ganadores del Óscar, una película que se va a llevar el Óscar y yo quiero un Óscar también para mí’”, relató. Y esto terminó siendo casi una predicción.

Pese a que en ese momento no sabía como iba a lograrlo, estaba decidido a hacerlo. Por eso, cuando su agente le consiguió más de 60 audiciones de todo tipo, desde comerciales de TV hasta roles secundarios en películas y series, rápidamente los llamados a casting cobraban un tono más serio.

“Entonces cuando vi que estaba Ralph Fiennes fue cuando dije ‘Ah, caray, creo que esto se está volviendo realidad’”, admitió entre risas.

La carta blanca de Edward Berger

No obstante, el momento decisivo para quedarse con el papel de Vincent Benítez ocurrió antes de siquiera audicionar. Cuando llegó a realizar las grabaciones del casting, fue llamado por el director Edward Berger, quien le hizo una pregunta fundamental, reconoce: ¿Cuál es tu visión del personaje?

“Yo antes de eso había leído el libro dos veces, la primera para saborearlo como lector y la segunda para analizarlo. Dije ‘ya sé, es una mezcla de San Francisco de Asís y de Ignacio de Loyola, el misionero naturalista y el misionero organizador’”, relató.

“Me dice ‘¿qué tienes pensado?’ le dije ‘pienso que es como San Francisco, que el amor de Dios lo ve como al de una mamá, entonces su amor a los demás es como un amor de madre, y el de San Ignacio como líder porque ha fundado las misiones’ y le digo ‘¿Y tú que idea tienes?’”, le consultó al cineasta, pero su respuesta le sorprendió.

“No, yo no tengo ninguna idea, nada más quería saber qué tienes pensado y suena muy bien”, le contestó, dándole así, pase a interpretar el personaje como él estimara necesario, lo que terminó siendo todo un éxito.

El detrás de escena de Carlos Diehz en Cónclave

En Cónclave, Carlos Diehz comparte créditos con Ralph Fiennes, Isabella Rossellini, Stanley Tucci, John Lithgow, entre otras reconocidas estrellas del cine, lo que a juicio del mexicano fue de gran ayuda, pues los consejos de estos nominados al Óscar combinados por su pasión por la actuación, terminaron por configurar uno de los papeles claves de la cinta.

Tal como contó el también arquitecto a BioBioChile, son varios los aprendizajes que se llevó de sus compañeros, especialmente la generosidad para ayudarlo como principiante.

“Ralph Fiennes es una persona muy introvertida, pero cuando se abre, se abre y es muy generoso y es un maestro”, aseguró.

Sin embargo, su experiencia más enriquecedora fue con Lithgow, quien interpreta al Cardenal Joseph Tremblay en la película, quien incluso lo ayudó a memorizar sus líneas.

“En el momento del primero, del discurso grande, la noche anterior yo no salí a ningún lado. Estuve repasando mis líneas, todo, todo el día, todo el día”, comenzó contando a nuestro medio.

“Y luego dije, ‘no, necesito hablar con alguien, no puedo irme así nada más. Y necesito hablar con alguien del pánico escénico’”, reveló.

Ante lo que acudió al reconocido actor: “Entonces le escribo a John porque con John hice muy buena amistad desde un principio. Y él me dijo ‘Yo voy a ser tu coach secreto, cualquier cosa que necesites, dime’. Dije Pues este es el momento, ¿no? Vamos a tomarle la palabra. Le escribo: ‘Oye, John, necesito un poco de consejo respecto a esta escena y el pánico escénico’ y me dice ‘Ok, ven a mi departamento y discutimos’”, le respondió.

Tras ello, practicaron la escena juntos al menos tres veces, ante lo que Lithgow concluyó que a Carlos Diehz lo estaban afectando los nervios, lo que dio a paso a uno de sus mejores consejos.

“Y me dice ‘Estás bien ¿Cuál es el problema?’, le digo ‘es el pánico escénico. O sea. ¿Cómo lo puedo superar?’, me dice ‘el pánico escénico nunca se va, lo que aprendes es a manejarlo. Si tienes pánico escénico es porque te importa hacerlo bien’”, le aconsejó.

Las coincidencias con el Papa Francisco y Benedicto XVI

Pese a que la película entró a la carrera por los Óscar por su calidad, algo que no ha pasado desapercibido para la opinión pública es lo coincidente del deterioro del estado de salud del Papa Francisco con el lanzamiento de la película.

Pero de acuerdo, a Carlos Diehz, las coincidencias fueron incluso más allá.

“El día que llegamos a Roma a filmar fue el día en que había fallecido Benedicto XVI y ahora que vamos a la ceremonia más grande de premios, el Papa tiene estos problemas graves de salud, esperamos que se mejore, pero son coincidencias extrañas”, admitió el actor mexicano.

Y sumó: “Que bueno que nuestra película sirvió para arrojar un poco de luz sobre este proceso de que la gente entienda como es y todo lo que podría suceder detrás de las puertas del Vaticano”, concluyó.

Aunque esta es su primera película, el futuro se ve prometedor para el artista mexicano pues, asegura que lo han invitado a “tocar varias puertas, a sentarnos a varias mesas, lo cual es súper emocionante”.