Hace algunos meses María Laura Donoso y su familia fueron víctimas de un violento asalto, en el que incluso su esposo resultó herido a bala. Sin embargo, la modelo decidió no hablar del tema, hasta ahora.
En conversación con LUN, María Laura reveló que el incidente ocurrió el 18 de octubre pasado en la vivienda en que se encuentran ubicada en El Arrayán, mientras reconstruyen su casa que se incendió en febrero de 2019.
“Estaba en el segundo piso y escuché ruido. De repente llega un tipo con capucha en la cabeza y me apunta. Tenía amenazado a mi hijo (Joaquín, 30 años). Otro delincuente subió a decirle ‘vámonos, lo matamos"”, comenzó señalando. Tras bajar al primer piso, vio a su esposo tendido en el piso y a su hija de 16 años horrorizada.
“A él le habían pegado un tiro. Yo aún no sabía en qué parte. Después supe que la bala le llegó en el glúteo. y que le habían golpeado la cabeza con una pistola porque él se agarró a combos con cuatro”, continuó.
Según detalló Donoso, eran seis los sujetos que ingresaron a la casa, cinco de los cuales portaban armas. “Ni siquiera nos robaron porque no teníamos nada después del incendio”, prosiguió.
Producto de las agresiones, su pareja -el empresario Eric Toro- debió pasar tres días en la UTI. Si bien no quedó con secuelas graves, perdió sensibilidad en la zona superior de una de sus piernas.
En tanto, Donoso explicó por que decidió no hacerlo público en su momento. “Para qué voy a contarlo si ya fue, para qué voy a amargar a la gente con lo que me está pasando, pensé”, contó.
“Además, esto ocurrió el mismo día en que se desató el estallido social y todos lo estaban pasando mal. ¿A quién le iba a importar lo que me había pasado a mi?”, añadió.
Si bien reconoció que la municipalidad de Las Condes le ofreció ayuda psicológica, decidió no iniciar una terapia. “A mí no me sirve ir a llorarle a alguien porque eso me deja más en el lodo. Mi hija sí está con una terapia, porque es más chica, está en 4º medio y esto ha sido demasiado”, precisó.
Finalmente, mencionó que dentro de todo, tuvo suerte. “Podría haber sido peor. En el incendio mis hijos podrían haber muerto y en el asalto mi marido”, concluyó.
