“Si él es el hombre más fuerte (…), yo soy la niña más fuerte. No olvides este detalle”, es una de las frases de la famosa Pippi Longstocking, personaje creado por la sueca Astrid Lindgren, una de las autoras infantiles más famosas del mundo, quien en 1945 fue capaz de mostrar el feminismo a través de sus libros.

Pudo verse como extravagante, pero la pelirroja de largas trenzas se presentó, aunque sin saberlo, como uno de los íconos del feminismo, demostrando que una mujer puede ser independiente, perspicaz e incluso más fuerte que un hombre.

Y es que en 1945, cuando la idea de feminismo ni siquiera era parte de la conversación, apareció esta pequeña que no era como los otros niños y menos como las princesas de cuentos infantiles, que generalmente se mostraban como desvalidas jovencitas a la espera de la llegada del príncipe azul.

Pippi, la revolucionaria

Según consigna The Guardian, Pippi nació cuando la hija de Lindgren, Karen, le pidió que le contara un cuento mientras estaba enferma y así lo hizo Astrid, mostrándole a esta niña (Pippi) que vivía completamente sola, sin sus padres, pero que ostentaba una autonomía en la que se ajustaba sólo a sus reglas, en las que consideraba siempre divertirse.

Este personaje mostraba a una niña capaz de derribar los típicos estereotipos de género de la época y el machismo, dejando de lado ser la princesa bonita y dulce que se esperaba para la época, transformándose en una chica aventurera, valiente y fuerte.

A través de sus páginas se refleja a una pequeña con un gran amor por los animales. Muestra de ello es su relación con su caballo de lunares “Pequeño Tío”, y un mono llamado “Señor Nilsson”, que siempre la acompañan en sus aventuras, mientras viven en Villa Kunterbunt.

astridlindgren.com
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Imaginativa y rebelde, es literalmente la niña más fuerte del mundo, ya que puede levantar un caballo con sólo una mano y realizar la limpieza a gran velocidad. Pero, pese a que sus libros tenían enseñanzas que encantarían a cualquier niña de esta época, Pippi sufrió la censura en varios países, ya que no se veía de buena forma que protagonizara aventuras que podían resultar demasiado “impertinentes” y “antipedagógicas”.

Algo que fue confirmado por Pedro Cerrillo, director del Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil (Cepli) de la Universidad de Castilla-La Mancha, quien señaló a ABC que “los censores de cada momento eran ‘torpes’. Prohibían algunas publicaciones por ‘exceso de fantasía’ y porque no alcanzaban a desvelar la verdadera trama de los episodios de aventuras. El resultado, publicaciones sin público, letras sin lectores”.

Sin embargo, en la década del 70 el personaje cobró vida a través de series televisivas y animadas, que con los años lograron popularidad, al mismo tiempo que lograba abrirse paso en las librerías de todo el mundo. Si bien su nombre original es Pippi Långstrump, en Latinoamérica se conoce como Pippi Longstocking.

Pippi, la feminista

Tener el cuerpo perfecto, encontrar pareja y hallar la felicidad en el amor, eran las ambiciones transmitidas a las niñas a través de los cuentos de princesas. Eso, hasta que apareció Pippi, para quien su figura no era importante, sino que sus ganas de vivir y su libertad.

De esta forma se transformó en una inspiración para las chicas que se preguntaban por qué debían llevar faldas, cuando se hacían menos daño corriendo con pantalones o “por qué tenían que pensar en compartir su vida con hombres cuando los animales les gustaban mucho más”, indica El Español.

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Pippi es un ejemplo de valentía que ayudó a concientizar que las mujeres son capaces de cuidarse solas, una feminista escondida en esas trenzas casi horizontales.

Pippi, en sólo un par de frases

¿Quién no querría ser amiga de Pippi Longstocking? The Guardian se lo cuestionó y compartió algunas de sus citas favoritas de la pelirroja. Las puedes leer aquí:

“Si él es el hombre más fuerte (…), yo soy la niña más fuerte. No olvides este detalle.” .

“No te preocupes por mí, yo siempre saldré arriba”

“No creo que tengas una forma muy agradable con las damas”, dijo Pippi y lo levantó con sus fuertes brazos -por lo alto-, lo llevó hasta un árbol y lo colgó sobre una rama. Luego tomó al siguiente niño y lo colgó sobre otra rama”.