El karate tuvo su momento de gloria a mediados de los ochenta, cuando junto a Daniel-san aprendimos las bondades de encerar y pulir. Karate Kid de 1984 -dirigida por John Avildsen- se convirtió de inmediato en un clásico del séptimo arte ochentero y de la cultura pop.

La película tuvo dos secuelas y nos dejó referencias y personajes que hasta hoy se escuchan en las reuniones sociales, como el Sr. Miyagi o la técnica de la grulla.

En 2010, una nueva versión de la historia apostó por revivir el mito con Jaden Smith (hijo de Will Smith) y Jackie Chan en los roles de alumno y maestro. Aunque tuvo buena recepción por parte del público, no fue suficiente para que la franquicia retomara el vuelo.

Parecía que el karate ya era cosa del pasado, reemplazado por otras disciplinas de combate, como las artes marciales mixtas, con la UFC, o el boxeo, cuyo principal referente cinematográfico en revivió este siglo con Rocky Balboa (2006) y Creed (2015).

Y entonces llegó Cobra Kai, la serie que retoma la historia de la película original en formato de sitcom, mezclando comedia y drama en 10 capítulos de 28 minutos.

A un mes y medio de su estreno en Youtube Red, la plataforma de contenido original del sitio, ya se ha convertido en una de las series imperdibles del año.

Un reencuentro inevitable

Cobra Kai muestra las vidas de Daniel LaRusso y Johnny Lawrence, protagonista y antagonista de Karate Kid, 34 años después de su último encuentro.

Las primeras escenas del episodio 1 reviven aquel momento: Daniel se equilibra en una sola pierna y sorprende a Johnny con una patada fulminante.

Pero a diferencia de la película, en la que el mismo Johnny le entrega el trofeo a Daniel, esta vez no lo vemos levantarse. La secuencia termina con él en el suelo para luego avanzar hasta el presente.

Aquí encontramos a un Johnny alcohólico y derrotado, aún atrapado en aquella humillación, trabajando en empleos temporales y mal pagados, y con un hijo que lo desprecia.

Creo que (el de Cobra Kai) es un ángulo ingenioso y fresco
- Ralph Macchio

Por su parte, a Daniel LaRusso parece haberle ido bastante mejor. Dueño de la automotora más exitosa de la ciudad, es respetado por la comunidad y tiene una familia ideal que parece perfecta.

Sin embargo, él tampoco ha podido escapar de sus días de adolescencia. Luego de la muerte del señor Miyagi sigue luchando por mantener el equilibrio que el karate le daba, y la relación con su familia, especialmente con su hija, se vuelve cada vez más tensa.

Buscando un poco de redención, Johnny decide ayudar a Miguel, un joven víctima de bullying a quien enseñará karate. Para hacerlo, reabre su antiguo dojo: Cobra Kai. La noticia no le cae nada bien a Daniel-san. El reencuentro es inevitable.

LA SENDA DEL PERDEDOR

Parte importante del encanto de la serie es que cuenta la historia desde la perspectiva del perdedor, al igual que la película.

Pero a diferencia del inocente Daniel LaRusso, protagonista de la saga original, Johnny Lawrence es un antihéroe ad-hoc a los tiempos que corren: cínico, mal hablado y moralmente ambiguo.

Así se subvierten los lugares comunes presentados en Karate Kid. Esta vez, empatizamos con el malo de la película y queremos que, por una vez en la vida, el tablero se vuelque a su favor.

Cobra Kai se trata, entonces, de dos tipos que se quedaron pegados en aquel día de hace 34 años en el que, al final, ninguno de los dos ganó, y que de pronto se dan cuenta de que algo les falta.

Y cuando las circunstancias los lleven a encontrarse una vez más, los dos se darán cuenta de que aún queda mucho por resolver entre ambos.

Los actores originales

Ralph Macchio (Daniel LaRusso), hoy de 56 años, y William Zabka (Johnny Lawrence), de 52, replican sus roles de la cinta original, y es innegable que gran parte del encanto de la serie es verlos con 34 años más encima, asumiendo que el tiempo no ha tan sido generoso, ni con ellos, ni con sus personajes.

Para Macchio, la decisión de volver no fue simple, como confesó en una entrevista a Rotten Tomatoes. El actor incluso había rechazado repetir el papel de Daniel-san después de la tercera entrega de la saga en 1989.

Cuando me presentaron el show me pareció espectacular el enfoque con que se iba a realizar
- William Zabka

Pero el formato serial fue lo que terminó de convencerlo. “Puedes contar estas historias como películas largas divididas en 10 partes. En nuestro caso, es una gran forma de no tener que competir narrativamente con Iron Man, Batman y Star Wars”, explicó Macchio.

Por su parte, Zabka confesó que cuando él y Macchio conocieron la idea, quisieron asegurarse de proteger un legado del que se sienten parte, procurando que Cobra Kai fuera como una auténtica continuación de la historia original.

“Cuando me presentaron el show me pareció espectacular el enfoque con que se iba a realizar”, confesó Zabka. Macchio concuerda: “Creo que es un ángulo ingenioso y fresco”.

Amor a primera vista

Gracias a la actuación de Zabka, Johnny se siente más humano y cercano que nunca, un tipo que ve sus intentos de ser una mejor persona frustrados por los demás y por la vida misma. Alguien que cualquiera podría conocer o ser.

Este es uno de los motivos del éxito de la serie, que en el sitio Rotten Tomatoes presenta un 100% de aprobación en los críticos y un 96% del público.

Como comentó el periodista Josh Sorokach en el sitio web Decider, Cobra Kai nos entregó algo muy distinto a lo que esperábamos.

En efecto, la serie no es solo una versión actualizada de Daniel enfrentándose a Johnny y su pandilla de villanos.

“Cobra Kai creó un nuevo modelo para todos los revivals futuros mejorando la historia original con el influjo de una narración hábil e ingeniosa”, afirma Sokorach, quien incluso proclama a William Zabka como firme candidato al Emmy.

Más que nostalgia

La ola de nostalgia en la televisión y en el streaming sigue al alza. Como reporta Los Angeles Times, para este y el próximo año se esperan nuevas versiones o continuaciones de series que fueron grito y plata en los ochentas y noventas, como Charmed, Murphy Brown o Rosswell.

Cobra Kai no puede estar ajena al gesto nostálgico, pero lo hace jugando con los lugares comunes de su propio legado. Sus protagonistas parecen estar conscientes de su estatus de reliquias y tanto ellos como la serie se burlan de esto.

Lo vemos cuando Daniel LaRusso promociona sus ofertones automotrices rompiendo los precios con certeros golpes de karate, como si sus glorias en las artes marciales fueran tan importantes para sus clientes como para los fanáticos de la película.

O en el afán de Johnny Lawrence de seguir viviendo en los ochentas, conduciendo un Camaro, escuchando Poison y buscando inspiración en viejas películas de su adolescencia, como Iron Eagle.

Estos elementos son bien aprovechados por los guionistas para comentar directa o indirectamente que la serie está consciente del paso del tiempo y de que se enfrenta a una nueva generación que ni siquiera conoce a sus protagonistas.

Este espíritu, sumado a su actitud de cínico bonachón, hace que Johnny nos entregue frases como esta: “Voy a enseñarte el estilo de karate que me enseñaron a mí, un método de pelea que tu generación debilucha necesita desesperadamente”.

Youtube ya confirmó que la serie tendrá una segunda temporada con otros 10 capítulos de media hora. Esperemos que Johnny vuelva con más expresiones de sabiduría como esa.