El príncipe Harry y su esposa Meghan concretarán este lunes su última aparición oficial como miembros de la realeza británica acompañando a la reina Isabel II en un evento en Londres, antes de emprender su nueva vida.

El duque y la duquesa de Sussex se unirán a los otros miembros de la familia real, incluidos su padre y hermano mayor, Carlos y William, para una misa con motivo del Día de la Mancomunidad de las Naciones en la Abadía de Westminster.

La reina, de 93 años, debe pronunciar para la ocasión un discurso con marcado carácter ecologista, en el que llamará a los 54 países de la organización a “prosperar al tiempo que protegen el planeta”.

La monarca verá próximamente como su nieto de 35 años, sexto en la línea de sucesión al trono, regresa con su esposa a Canadá, miembro de la Mancomunidad, tras participar en su último compromiso público con la corona.

A finales de marzo, la pareja dejará de representar a la reina y emprenderá una nueva vida financieramente independiente desde ese país, donde dejaron a su hijo Archie, de diez meses.

Harry y Meghan, de 38 años, sacudieron a la monarquía británica en enero cuando anunciaron repentinamente que querían abandonar las obligaciones que implica ser miembro oficial de la familia real.

Conflicto con la prensa

Ambos habían manifestado su dificultad para soportar la enorme presión a la que la prensa popular británica somete a la realeza.

El problema venía de antes en el caso de Harry, todavía herido por la muerte de su madre, la princesa Diana, en un accidente de tráfico en París en 1997 cuando era perseguida por los paparazzi.

Así, el ex militar acusó a los medios sensacionalistas de acosar a Meghan y denunció comentarios racistas en contra de la otrora actriz estadounidense, que es hija de padre caucásico y madre afro descendiente.

En un primer momento, su decisión, rápidamente bautizada como “Megxit”, haciendo un paralelismo con el Brexit, provocó indignación y consternación entre los partidarios de la realeza británica.

Pero la pareja recibió una cálida bienvenida en su última ronda de compromisos oficiales en el Reino Unido, país al cual Harry llegó con días de antelación que su esposa.

La pareja fue recibida con una ovación al inicio del concierto de una banda militar en el Royal Albert Hall de Londres el sábado y la duquesa de Sussex provocó gritos de júbilo de los estudiantes de Dagenham, al este de Londres, cuando hizo una visita no anunciada a su escuela el viernes.

“Es realmente bella ¿no?”, dijo un alumno Aker Okoye, de 16 años, después de que la duquesa le pidiera subir al escenario.

En una visita para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, Meghan rindió homenaje a las mujeres cuya huelga en la cercana planta de Ford Motor en 1968 ayudó a allanar el camino para la ley de igualdad salarial de 1970.

“No importa de qué color seas, no importa de qué género seas, tienes una voz y ciertamente tienes el derecho de defender lo que es correcto”, dijo.

“Siempre bienvenidos”

Harry es el hijo menor del heredero al trono, pero a partir de finales de este mes él y su esposa dejarán de utilizar el título de Altezas Reales y de recibir una parte de los fondos públicos a los que accedían, excepto en lo que concierne a su seguridad.

El príncipe, que sirvió dos veces como soldado en Afganistán, también tuvo que renunciar de mala gana a sus deberes oficiales en el ejército.

“Poder servir a la reina y a mi país es algo de lo que estamos realmente orgullosos y que nunca cesará”, afirmó durante el fin de semana.

Sin embargo, la pareja conservará sus patrocinios privados. Así, Meghan fue al Teatro Nacional de Londres el jueves por la noche para promover una exposición.

El nuevo acuerdo de la pareja con la familia real británica se revisará dentro de un año para dar a los duques de Sussex la oportunidad de volver al redil real.

Según el diario sensacionalista The Sun, la reina Isabel II le dijo a su nieto durante un almuerzo la semana pasada que siempre serán bienvenidos.