El 18 de mayo el oro alcanzó su valor más alto desde octubre de 2012, aprovechando las medidas de los principales bancos centrales que inyectaron sumas inéditas de liquidez en la economía en el marco de la crisis.

Y este martes el metal nuevamente tocó un máximo, cotizándose a US$1.841,65 la onza. Se trata de su mayor valor en casi una década.

Por su parte, la plata alcanzó también su máxima cotización desde 2014.

La onza de plata superó el umbral simbólico de los US$20, llegando a un máximo en seis años (US$21,19), en un entorno favorable a los metales preciosos.

“Como ocurre con el oro, el flujo de dinero (hacia la plata) está alimentado casi exclusivamente por una robusta demanda especulativa”, explicó Daniel Briesemann, analista de Commerzbank.

Los metales preciosos son considerados como valores refugio; y aprovechan el período de gran incertidumbre que provoca la pandemia del nuevo coronavirus.

Además, en el caso de la plata “su importancia en las nuevas tecnologías de baterías, y la reducción de la oferta minera que es la principal fuente de la plata, están creando un desequilibrio entre la oferta y la demanda”, dijo Jasper Lawler, analista del London Capital Group.

Tía Rica

Tras la primera alza histórica del oro el 18 de mayo, días después a nivel local la Dirección General del Crédito Prendario (Dicrep) -conocida popularmente como “Tía Rica”– anunció un alza en el valor de tasación del gramo.

Se trató del “mayor aumento en la historia” del organismo y comenzó a regir el viernes 22 de mayo.

En consecuencia, se pasó de un crédito de $10.500 a $12.500 por cada gramo de oro, lo que significó un incremento del 19% del avalúo.

La Dicrep es una institución que entrega créditos sociales a las personas y tiene la característica que no discrimina, pudiendo obtener el crédito sólo presentando la cédula de identidad vigente con la mayoría de edad más la especie a empeñar.