Rite Aid lleva tiempo lastrada por una deuda, más los gastos judiciales considerables que ha enfrentado por las demandas que se enmarcan en la crisis de los opioides en Estados Unidos.

La cadena de farmacias estadounidense Rite Aid -presente en el mercado desde hace 61 años- se declaró en bancarrota en un tribunal de Nueva Jersey, lastrada por una deuda multimillonaria y cientos de demandas por su papel en la crisis de los opioides que asola Estados Unidos.

En un comunicado, la empresa anunció que ha nombrado un nuevo director ejecutivo, Jeffrey Stein, para liderar su reestructuración. Stein “es un líder corporativo con experiencia y un director ejecutivo experto en apoyar a compañías que están atravesando transformaciones de su negocio”, se puede leer en el escrito.

Rite Aid también ha logrado asegurar 3.450 millones de dólares en préstamos para financiar sus operaciones mientras se encuentra en bancarrota.

En las operaciones electrónicas previas a la apertura de la Bolsa de Wall Street este lunes, las acciones de la compañía caían más de un 16%.

La empresa anunció también que cerrará algunas de sus tiendas para “reducir los gastos de alquiler” y mejorar su situación financiera.

Unas 67.000 personas trabajan para la cadena, que acaba de celebrar su 61 aniversario, según The Wall Street Journal.

Rite Aid llevaba tiempo lastrada por una deuda considerable.

En junio, la empresa informó de que debía unos 3.300 millones de dólares, sin contar con los gastos de las demandas por la venta excesiva de opioides que han presentado tanto gobiernos estatales como la Administración federal estadounidense.

También se había visto obligada a cerrar varias de sus tiendas, lo que tuvo un efecto sobre las ventas. Según The New York Times, las acciones de la compañía han caído casi un 80% desde que comenzó el año.