La firma española suspendió en marzo su actividad en Rusia, incluida la venta en internet. Detalló que el pago de las nóminas de sus empleados le cuesta unos 20 millones de euros al mes.

El grupo español Inditex, uno de los gigantes textiles del mundo, busca alternativas para desencallar su situación en Rusia, donde el cierre de su medio millar de tiendas y el pago de las nóminas de sus empleados le cuesta unos 20 millones de euros al mes (19,5 millones de dólares).

La firma española de mayor capitalización bursátil suspendió el pasado 5 de marzo su actividad en ese país, incluida la venta en internet, debido a la invasión rusa de Ucrania.

En Rusia tenía más de 500 establecimientos comerciales abiertos, todos en régimen de alquiler, donde vendía las marcas Zara, Bershka, Pull&ear, Stradivarius, Oysho y Massimo Dutti, entre otras.

Por el momento “seguimos monitorizando la situación”, sin que se haya tomado decisión alguna, explicó la propia empresa después de que el medio ruso Kommersant asegurara este martes, sin identificar sus fuentes, que Inditex está prolongando contratos de alquiler de locales en centros comerciales al menos hasta el próximo mayo.

Además, asegura que Inditex estudia “transferir activos locales a socios de un país amigo” del sudeste asiático o del golfo Pérsico, como vía para poder seguir operando allí con su marca insignia, Zara.

Mientras, los negocios de Massimo Dutti, Oysho y Zara Home abandonarían por completo el mercado ruso, y el resto de marcas del grupo abrirían con otros nombres y con nuevas colecciones, siempre según el citado medio ruso.

La empresa española, que hasta la guerra obtenía del mercado ruso el 8,5% de su resultado, insiste en que sigue observando dicho mercado, “priorizando el apoyo” a su plantilla y analizando “todas las posibles alternativas”.

Por ahora, sigue pagando los alquileres de los locales de las tiendas, así como los salarios de sus empleados locales, que en el momento de la suspensión de actividades eran más de nueve mil.

Según la previsión de Inditex para el conjunto de su ejercicio fiscal, que acaba a finales de enero, mantener esa suspensión de actividad en el que era su segundo mayor mercado mundial le cuesta en torno a 20 millones de euros al mes.

En conjunto, para este ejercicio fiscal, el grupo ha provisionado 216 millones de euros para hacer frente a las pérdidas derivadas de la suspensión de actividad en Rusia.