El Ejecutivo polaco buscan "sanear rápidamente" los medios estatales y liquidar la televisión pública, a la que no se le han asignado fondos en los presupuestos generales del año que viene.

El Gobierno polaco aprobó un proyecto de ley que transformará los medios de comunicación públicos y renovará sus cúpulas directivas, a las que acusa de estar politizadas y haber hecho propaganda durante años.

Los profundos cambios, ya anunciados por el primer ministro, Donald Tusk, durante su campaña electoral, buscan “sanear rápidamente” los medios estatales y liquidar la televisión pública (TVP), a la que no se le han asignado fondos en los presupuestos generales del año que viene.

Como protesta por esta medida, un grupo de diputados del anterior Gobierno pasó la noche en la sede de la TVP en Varsovia y desde hoy las emisiones de esa cadena lucen crespones negros y se insertan carteles con mensajes antigubernamentales en todos los programas.

Durante las dos pasadas legislaturas, en las que Tusk ejerció la oposición, los informativos de la televisión estatal le atacaron repetidamente y le calificaron de “agente alemán”, le acusaron de “traidor a Polonia” y le llamaron “esclavo del Kremlin”.

En un comunicado de hoy, el Ministerio de Cultura polaco informó del despido de decenas de empleados de TVP con efecto inmediato.

Por otra parte, la Oficina de la Auditoría polaca anunció hoy la apertura de diligencias contra los directivos de TVP por mala gestión, actuaciones en detrimento de sus activos y la exposición injustificada de este organismo a pérdidas financieras, así como abuso de poder.

En un análisis postelectoral tras la victoria electoral de la coalición de Tusk sobre el anterior Gobierno, la Oficina para la Democracia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (ODIHR) certificó que la TVP “benefició al partido del Gobierno y presentó sus políticas como positivas, al mismo tiempo que exhibió una hostilidad abierta hacia la oposición”.

Según Reporteros Sin Fronteras, el panorama informativo en Polonia se deterioró repetidamente desde que el Gobierno anterior llegó al poder en 2015, período en el que el país cayó del puesto 18 al 57 en la clasificación mundial de libertad de prensa.

Se espera que en los próximos días se produzcan cambios similares en otras empresas estatales, como la Radio Nacional y la agencia de noticias nacional PAP.