La cifra viene marcada por un abaratamiento de la energía (-11,7% interanual) y un alza en los alimentos del 9%. Con todo, el índice experimentó una ralentización respecto a otros meses.

El índice de precios al consumo (IPC) subió en Japón un 2,8% interanual en septiembre por el constante encarecimiento de los alimentos, según los datos publicados este viernes por el Ministerio del Interior y Comunicaciones.

El ritmo de subida del índice, que excluye los precios de los alimentos frescos por su alta volatilidad, experimentó no obstante su primera desaceleración en tres meses, gracias a una notable bajada de los precios de la energía.

Es el decimoctavo mes que la inflación se sitúa por encima del objetivo del 2% del Banco de Japón (BoJ).

Se encarecen los alimentos, baja la luz

El índice experimentó una ralentización con respecto a los meses precedentes de agosto y julio, en los que se sitúo en el 3,1%, mientras que la cifra de junio se situó en el 3,4%.

La desaceleración del IPC japonés en el noveno mes de 2023 vino marcado por un abaratamiento de la energía, del 11,7% interanual.

En concreto, el precio de la electricidad cayó en septiembre un 24,6% y el del gas un 12,5%, aunque los precios de otros productos energéticos, entre ellos los carburantes, se encarecieron un 7,5%.

Los precios de la ropa y el calzado aumentaron el mes pasado a un ritmo menor, 3,4%, así como el de las actividades vinculadas al ocio y la cultura, que subieron un 4,6%.

El mayor encarecimiento en el citado mes se produjo en los alimentos, que subieron un 9%. El precio de los productos básicos aumentó un 20,6%, el de las verduras y algas se incrementó un 11,5% y el de la fruta, un 9,1%, el doble que en el mes previo.

La inflación subyacente, que excluye el precio de los alimentos frescos y de la energía, aumentó un 4,2% con respecto al año previo, una décima por debajo que en los dos meses previos.

El banco central japonés viene resistiéndose a subir los tipos de interés y está poniendo especial énfasis en la importancia que la inflación subyacente tiene a la hora de indicar cuál es la presión inflacionaria real que está experimentando la tercera economía mundial, sobre todo la derivada de la demanda.