En paralelo, el ente emisor del viejo continente alertó que implica riesgos el que actualmente los sistemas de pagos digitales sólo estén en manos de privados.

El miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) Fabio Panetta advirtió este lunes de las consecuencias negativas que podría tener dejar solo en manos privadas los servicios de pagos digitales y abogó por emitir un euro digital respaldado y regulado por el emisor de la eurozona.

“Lo contrario de no emitir el euro digital no es que todo se quede igual. Habrá otros actores que entrarán en el mercado europeo proporcionando sus propios medios de pago digitales con consecuencias potencialmente muy amplias y negativas en dimensiones como privacidad, soberanía, estabilidad financiera”, dijo ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.

Panetta, quien compareció para informar sobre los avances del BCE para la posible creación de euro digital, dijo que la institución informará en octubre sobre los resultados de la fase de investigación, que comenzó en 2021, para que el consejo de gobierno pueda decidir si inicia la siguiente fase, aunque la decisión final sobre si se emite la divisa digital no se tomará todavía.

Durante la audiencia, el economista italiano insistió en que los riesgos de no emitir un euro digital son “mayores” que los de hacerlo puesto que otros actores privados se encargarían de proporcionar medios de pago digitales, como las monedas estables o las criptodivisas, pero no tendrían los mismos incentivos que las autoridades públicas para proteger la estabilidad financiera o la privacidad de los usuarios.

“En ausencia de un euro digital, la emergencia de actores privados potencialmente dominantes en el mercado de pagos digitales podría tener un fuerte impacto en el sector financiero”, añadió además Panetta, quien destacó en particular el papel de las grandes tecnológicas.

Como ejemplo, citó la reciente decisión del proveedor de pagos estadounidense PayPal de lanzar su propia moneda estable denominada en dólares para realizar pagos digitales.

Panetta destacó que el objetivo de estos proveedores privados es aumentar su cuota de mercado, por lo que no tienen incentivos para limitar el uso de sus monedas y servicios o para hacerlos compatibles con los que ya existen, mientras que el BCE prestaría atención al efecto del euro digital sobre las entidades financieras.

“Aunque la entrada en el mercado de las ‘big tech’ u otros grandes proveedores de pagos podría promover la innovación inicialmente, la competencia podría verse severamente perjudicada si logran una posición de monopolio como hemos visto en otros sectores digitales”, dijo.

Panetta incidió en que actualmente “dos tercios” del mercado europeo de pagos sin efectivo están en manos de empresas extranjeras y consideró que la introducción del euro digital sería una oportunidad para que las entidades europeas ganasen terreno.

Frente a los modelos privados, el euro digital sería introducido por las autoridades públicas, estaría regulado a nivel europeo, sería distribuido por los bancos de modo que estos mantendrían su relación con los clientes y la intención es hacerlo compatible con los medios de pago ya existentes, explicó.

Además, podría usarse sin estar conectado a Internet, lo que daría garantías de privacidad equivalentes al efectivo, y sería gratuito para el usuario final.

“Los pagos son un servicio esencial (…). No deberíamos dejar que sea solo el sector privado, incluidas las grandes tecnológicas, las que presten tales servicios”, dijo.