La Cámara Chilena de la Construcción descartó que las dificultades que llevaron a la quiebra a la empresa Claro, Vicuña, Valenzuela representen una crisis de la industria, aunque pidieron celeridad en las medidas de apoyo.

El puente de Curanilahue y un conjunto habitacional en San Bernardo son solo parte de las obras inconclusas que la quiebra de Claro Vicuña Valenzuela dejó pendientes con el Estado, tras anunciar su quiebra.

Por eso, el Gobierno acelera las gestiones para zanjar los compromisos en cuestión, y espera el nombramiento de un liquidador que se haga cargo, entre otras gestiones, del cobro de garantías y pagos por adelantado, por parte de los ministerios de Obras Públicas y Vivienda.

Así lo explicó el titular del Minvu, Carlos Montes quien lamentó la situación de la compañía.

En la Cámara Chilena de la Construcción abordaron el caso, y el presidente del gremio, Antonio Errázuriz manifestó confianza en las gestiones del Gobierno, señalando incluso que las dificultades de Claro, Vicuña, Valenzuela no reflejan una crisis en el sector.

La preocupación radica en el carácter estratégico de la construcción en la economía que, según Javier Mella de la Universidad de Los Andes, representa 800 MIL empleos directos y más de la mitad de la inversión, lo que justifica medidas de apoyo directo.

En entrevista con Radio Infinita, Antonio Errázuriz lanzó críticas contra el Gobierno anterior, recordando que pese a las conversaciones con el anterior ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, fue esta administración la que le tomó el peso a la situación.

“Lo de los contratos en ejecución ha tomado mucho tiempo. Esto viene del gobierno pasado. Con el ministro Moreno (del gobierno de Piñera) conversamos de esta situación. Tengo que ser muy sincero, fue en este gobierno en que se tomó el peso de esta situación, pero para la empresa Claro Vicuña y Valenzuela, la situación requería una solución en cosa de días”, dijo Errázuriz.