En el marco de los análisis en torno a la agenda de “mínimos comunes” -consiste en un acuerdo básico, primario, entre la oposición y el Gobierno, para ir en ayuda de las personas afectadas por la pandemia- las propuestas sobre la Renta Básica Universal han generado opiniones contrapuestas sobre su financiamiento.

Al respecto, el extesorero general de la República y académico de la Universidad de Santiago, Hernán Frigolett, reconoció que el monto que implicaría una medida de este tipo sería “muy importante”, pero señaló que puede subsanarse a través de una reforma tributaria “más profunda y que aumente la recaudación”.

El economista aseguró que existe capacidad de endeudamiento y fondos soberanos para financiar una medida de este tipo, aunque reconoció que el impacto a corto plazo sería una deuda pública de entre 2 mil a 3 mil millones de dólares mensuales.

“Obviamente es una cifra muy importante y la deuda aumentaría notablemente. Por lo tanto, hay que abrir espacios para modificar la carga tributaria que tiene hoy Chile. Estaríamos hablando de una nueva Reforma Tributaria, más profunda y que aumente la recaudación”, afirmó el académico de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Usach.

Frigolett insistió en que la necesidad de establecer una renta básica radica en lo restrictiva que ha resultado la pandemia, “la merma de ingresos que se ha generado y el desempleo formal abierto, y otra gente que se ha tenido que retirar de la fuerza de trabajo”, sostuvo.

Por último, dijo que es necesario establecer una renta básica lo más universal posible, “que les garantice a los hogares un cierto estándar mínimo de ingresos y a eso apunta establecer un bono que esté alineado o por sobre la línea de la pobreza”.