Con el fuego como co-protagonista, junto a latas flotantes de cerveza y personas que no existen, este comercial muestra de lo que son actualmente capaces los generadores de video con inteligencia artificial. Queda en evidencia que aún les queda mucho por perfeccionar.

Primero fue un grotesco comercial de pizza creado íntegramente con inteligencia artificial, y ahora es uno de cerveza. Treinta segundos de confusas imágenes que parecen otra pesadilla.

En el video, llamado Synthetic Summer (“Verano Sintético”), se retrata una psicodélica fiesta al aire libre en que los invitados ríen y disfrutan de asados intensos -al nivel que parecen más bien fogones- y de una cerveza cuya marca apenas se alcanza a leer, pero viene en un envase similar al de la Pepsi.

Todo distorsionado y borroso, por supuesto, pues la IA aún no es capaz de alcanzar un nivel de detalle realista. Y mientras más cerca está la botella o la lata de la boca del “actor”, peor. Casi parece que se “mezclan”. A veces la cerveza flota en el aire y dos personas beben de la misma botella, por lados opuestos.

Ah, y al final, el patio explota en llamas al estilo Michael Bay.

Según constató Ars Technica, los responsables de esta “pieza audiovisual experimental” son Helen Power y Chris Boyle de una compañía londinense llamada Private Island.

“Ninguna persona real aparece en este video. No puedes luchar contra el futuro, pero puedes probablemente beberlo”, dicen en la descripción del comercial que, a diferencia del de pizza, es comparativamente más simple: no tiene voz en off, y por lo tanto ningún libreto generado con una IA. A su vez, de fondo suena “All Star de Smash Mouth.

Una de las personas que publicó el video tuvo su propia reflexión al respecto: “Este comercial IA de cerveza se ve exactamente como una inteligencia alienígena entendería nuestros comerciales de cerveza”.

Otros usuarios no se quedaron atrás: “Alguien roció la cerveza con LSD”, dijo uno. “Un vistazo a como nuestros futuros amos máquina nos verán”, dijo otro. “Se ve infernal”, acotó alguien más.

En general, tal como con el comercial de pizza, se puede concluir que los publicistas aún no tienen por qué temer que una inteligencia artificial vaya a robarles el empleo.