Según reportan medios estadounidenses, algunos ex miembros de Twitter revelaron que la compañía cerró su grupo asesor contra discursos de odio.

Twitter cerró este lunes su Consejo de Confianza y Seguridad, un grupo dedicado a asesorar a la compañía contra los discursos de odio, recogen varios medios estadounidenses.

En un correo electrónico enviado poco antes de una reunión prevista entre el grupo y la nueva jefa de Confianza y Seguridad, Ella Irwin, la compañía justifica la decisión porque el Consejo “no es la mejor estructura” para “incorporar las opiniones externas a nuestro trabajo”, según el medio The Wall Street Journal.

El Consejo estaba compuesto de decenas de grupos independientes y organizaciones de defensa de los derechos humanos. Algunos de sus miembros han enviado copias del correo electrónico a medios como el citado The Wall Street Journal o The Washington Post.

La decisión se produce en medio de la controversia por la adquisición de Twitter por parte del magnate Elon Musk, que ha aplicado una política de “amnistía” hacia cuentas previamente suspendidas por violar las reglas de la red social. Como la del expresidente Donald Trump (2017-2021), por ejemplo.

Elon Musk dice que Twitter no dejará de combatir los discursos de odio

A principios de noviembre, sin embargo, Musk dijo que Twitter “no permitirá” que ninguna persona, que haya sido eliminada de la red social por violar sus reglas, regrese a la plataforma hasta que la compañía tenga un proceso claro.

El magnate, que compró Twitter por 44.000 millones de dólares, anunció en una serie de tuits que creará un “consejo de moderación de contenido de Twitter (que) integrará representantes con puntos de vista muy divergentes, que sin duda incluirán a la comunidad de derechos civiles y grupos que combaten la violencia alimentada por el odio”.

Este sería solo uno de los numerosos esfuerzos que está haciendo Musk para cambiar la dinámica de la red social, argumentando que esta necesita más libertad y asegurando que casos de cuentas suspendidas por discursos de odio habrían sido “censura”.