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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Un equipo del ITiSB de la U. Andrés Bello y la FACh crearon el Aircrew Health Monitor para monitorear la salud de tripulaciones aéreas en tiempo real, con sensores biomédicos y ambientales. Busca prevenir accidentes aéreos por factores humanos, con un potencial impacto económico positivo. El dispositivo usa inteligencia artificial, y su validación se realizará con el CMAE de la FACh.

Los factores humanos -como fatiga, hipoxia o sobrecarga cognitiva en los pilotos- es una de las principales causas de accidentes aéreos en el mundo, según se afirmó desde la Organización de Aviación Civil Internacional. Bajo esa premisa, un equipo interdisciplinario del Instituto de Tecnología para la Innovación en Salud y Bienestar (ITiSB) de la Universidad Andrés Bello y la Fuerza Aérea de Chile (FACh) desarrolló un dispositivo portátil y no invasivo que permitirá monitorear en tiempo real el estado de salud y el entorno de las tripulaciones aéreas, al que llamaron Aircrew Health Monitor.

De esa manera, el proyecto -adjudicado a través del concurso FONDEF IT 2025 de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID)- busca prevenir los riesgos asociados al factor humano.

Al respecto, la Dra. Carla Taramasco, directora del ITiSB y una de las líderes del proyecto explicó que “nuestra meta es anticiparnos a esos eventos mediante tecnología nacional, que detecte los signos tempranos de fatiga o falta de oxígeno antes de que se traduzcan en un problema operacional”.

En cuanto al impacto económico de este aparato, en un comunicado de prensa estimaron que los accidentes y fallas vinculadas al error humano generan pérdidas cercanas a USD 17.000 millones anuales en la industria aérea mundial. “Un sistema de monitoreo predictivo no solo protege vidas, sino que puede reducir drásticamente los costos derivados de incidentes, interrupciones o pérdida de productividad”, añadió Taramasco.

Por su parte, Diego Robles, profesor investigador de ITiSB y director alterno del proyecto, destacó que “el desarrollo combina salud, ingeniería y aeronáutica en una misma solución, única en Latinoamérica (…) es un paso decisivo hacia un modelo de prevención predictiva y adaptativa en la aviación”.

¿Cómo funciona?

El Aircrew Health Monitor integra sensores biomédicos que registran saturación de oxígeno, frecuencia cardíaca, respiración, temperatura y actividad muscular, junto con sensores ambientales que miden presión barométrica, CO2, altitud y geolocalización. Toda esta información se procesa mediante un microcontrolador con transmisión satelital, lo que garantiza conectividad incluso en vuelos de larga distancia o zonas remotas.

En tierra, un dashboard inteligente analiza los datos y emite alertas automáticas si se detectan anomalías. El sistema incorpora además inteligencia artificial y machine learning, lo que permitirá generar modelos predictivos capaces de anticipar condiciones fisiológicas adversas.

La validación inicial del dispositivo se llevará a cabo en colaboración con el Centro de Medicina Aeroespacial (CMAE) de la Fuerza Aérea de Chile. Al respecto, el coronel Claudio Montiglio, director del CMAE, recalcó que “posee un amplio potencial de aplicación en diversos ámbitos, especialmente en aquellos donde las personas desempeñan labores en condiciones extremas, como la minería en altura, las brigadas forestales, los cuerpos de bomberos, el deporte de alto rendimiento y el transporte de larga distancia”.

Además de su impacto social y económico, el proyecto busca fortalecer las capacidades tecnológicas nacionales en salud ocupacional y seguridad operacional, potenciando la creación de un spin-off universitario para transferir la tecnología al mercado en un plazo estimado de 24 meses.