Un estudio en Dinamarca descubrió que las gallinas dispuestas para el uso comercial estaban sufriendo fracturas óseas de quilla esto debido a que son obligadas a producir 10 más a lo que suelen producir. La investigación destacó que se han reportado prevalencias de fracturas superiores al 80% en diferentes países.

La publicación compartida en la Journal ONEPlus, señaló que se investigaron 4794 aves de 40 manadas al final de la puesta.

Lamentablemente, todas fueron sacrificadas y sometidas a una inspección y a palpaciones, seguidas de una necropsia para determinar cuales fueron específicamente las condiciones de sus fracturas.

Las observaciones destacaron que, en las manadas de sistemas no envejecidos, se observó una prevalencia de fracturas entre el 53% y el 100%. Mientras que la prevalencia en las manadas de jaula enriquecidas osciló entre el 50% y el 98%. También se determinó que un 96% de las aves sufrió una fractura en el extremo distal del hueso de la quilla.

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Por otro lado, el estudio determinó que mientras mayores eran las gallinas al inicio de la puesta, menor era probabilidad de que sobrevivieran hasta la puesta final.

Sumado a esto, si el tamaño diario del huevo al inicio de la puesta era de importancia para el riesgo de fracturas ya que la producción de huevos más pesados al inicio significó un mayor porcentaje de fracturas.

En conclusión, los investigadores señalaron que los factores en el tamaño de la gallina, la edad que tenía al inicio de la puesta y el peso diario del huevo al inicio de la puesta eran los factores de riesgo más importantes del por qué se fracturaban las gallinas ponedoras modernas.