Una situación bastante peligrosa ocurrió el lunes en Nueva York, Estados Unidos, aunque muchos de sus habitantes no se enteraron hasta tiempo después: un gran pedazo de basura espacial estuvo a punto de caer sobre la ciudad.

La pieza de metal voló directamente sobre el Central Park de Nueva York y terminó cayendo en el océano Atlántico, pero si hubiese ingresado a la atmósfera 15 minutos antes, habría caído en el centro de la ciudad, informó el periódico New York Post.

De acuerdo a la cadena CNN, se trataba de un desecho del cohete chino Long March 5B, que fue lanzado el pasado 5 de mayo, llevando abordo un prototipo de nave espacial desconocido, desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Wenchang.

La parte central del cohete, que pesa unas 20 toneladas, cayó de vuelta a la atmósfera el lunes, convirtiéndose en el trozo más grande de basura espacial en caer sin control a la Tierra desde 1991, y el cuarto mayor en la historia.

Casi toda la pieza se incendió tras entrar en la atmósfera, pero hubo pedazos que sobrevivieron, viajando a miles de kilómetros por hora.

Aparte de lo ocurrido en Nueva York, otro de los trozos cayó en una localidad de Costa de Marfil, donde no se reportaron daños, y un tercero fue a parar en la costa africana del océano Atlántico, señaló el Comando Espacial de Estados Unidos, que estaba monitoreando la situación.

La NASA indicó a New York Post que usualmente la primera parte de los cohetes espaciales son liberados en el océano antes de llegar a órbita para evitar riesgos, pero eso no se hizo esta vez, lo que ocasionó que la pieza cayera sin control sobre la Tierra.

Por su parte, Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, explicó a CNN que cuando estos desechos espaciales llegan a la parte baja de la atmósfera, se mueven a menor velocidad, así que lo peor que hubiese podido pasar “es que destruyeran una casa”

El daño que habría causado sería localizado y no muy amplio, especificó.