Este fin de semana recién pasado los encargados de la Agencia Espacial Europea (ESA) anunciaron que el Solar Orbiter, conocido también como SolO, está oficialmente listo para viajar al espacio.

Se trata de una sonda espacial cuya misión será acercarse al Sol para tomar las fotografías más cercanas al astro que el ser humano jamás haya obtenido.

Sin duda es una tarea sumamente compleja, principalmente por las condiciones extremas que la nave deberá sortear para así cumplir con su objetivo.

SolO es una sonda en la cual los científicos e ingenieros han invertido varios años de desarrollo. Mediante las imágenes que logre enviar hacia la Tierra, los expertos esperan conocer más acerca de la actividad del Sol.

De acuerdo a medios especializados como Space, para esto la nave se ubicará dentro de la órbita de Mercurio, planeta que está ubicado a unos 42 millones de kilómetros de la principal estrella de nuestro Sistema Solar.

Para hacer esto, SolO se posicionará dentro de la órbita de Mercurio, el planeta más cercano al Sol. Una vez ahí, deberá ser capaz de soportar temperaturas que oscilarán entre los 180º y 500ºC.

De acuerdo a un comunicado dado a conocer por Airbus, la firma que ha estado construyendo la sonda en Stevanage (Reino Unido), la nave se ha sometido a pruebas en un centro de ensayos en Múnich (Alemania) y todas ellas “han concluido con éxito”.

Esta misión es una de las “más ambiciosas y apasionantes que hemos diseñado y construido hasta ahora en Stevenage”, declaró Eckard Settelmeyer de Airbus, según recoge la agencia EFE.

En tanto, el viaje de Solar Orbiter y su proximidad al Sol hará que algunas de sus piezas tengan que soportar temperaturas de más de 500 grados centígrados, mientras que otras se mantendrán permanentemente a la sombra y aguantarán unos 180 grados bajo cero.

“A fin de asegurar que unos instrumentos tan sensibles puedan medir los campos y las partículas del Sol, la sonda espacial en sí debe ser totalmente indetectable para sus sensores, un reto que nos ha llevado hasta los límites absolutos de lo técnicamente posible”, añadió Settelmeyer.

Por su parte, Günther Hasinger, director de Ciencia de ESA, sostuvo que Solar Orbiter está preparada para responder algunas de las “preguntas científicas más importantes sobre nuestra estrella, y sus datos nos ayudarán a proteger mejor nuestro planeta de los desafíos globales del clima espacial”.

Aunque aún hay detalles por afinar en torno a la misión, la ESA planea lanzar la sonda el próximo 6 de febrero.

La NASA y sus potenciales socios internacionales para volver a la Luna

Recordemos que hace algunos días la NASA declaró estar abierta a la idea de una participación internacional, lo que podría significar que un pie no estadounidense pise suelo del satélite natural de la Tierra por primera vez en la historia, dijeron el lunes jefes espaciales internacionales.

“Creo que hay mucho espacio en la Luna, y necesitamos que todos nuestros socios internacionales nos acompañen” allí, dijo el responsable de la agencia espacial estadounidense, Jim Bridenstine, a periodistas en el 70º Congreso Internacional de Astronáutica celebrado en Washington.

“Si podemos llegar a acuerdos sobre las contribuciones de todas las naciones y cómo van a ser parte de la arquitectura (del proyecto), entonces ciertamente lo haría, creo que no habría razón para que no podamos tener a todos nuestros socios internacionales con nosotros en la Luna”, agregó el titular de la NASA.