Usuarios campesinos del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) de las regiones de Tarapacá, O’Higgins, Maule y Ñuble recibieron cinco de los 10 Sellos de Excelencia a la Artesanía de Chile que entregó este año el Comité Nacional de Artesanía, con el patrocinio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

La actividad, realizada en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) de Santiago, estuvo encabezada por la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, y el director nacional de Indap, Carlos Recondo.

Los galardonados de la institución fueron Gloria Mamani (Pozo Almonte), María Susana Choque (Colchane), Graciela Toledo (Lolol), Pablo Araya (Longaví) y Adrien Canitrot (Ñiquén). Las restantes distinciones fueron para Nelson Castillo (Combarbalá), Roberto Hernández (Santo Domingo), Marycarmen Cartes (Cerro Navia), Alfonso Moya (Cunco) y Carmen Gloria Vivanco (Temuco).

El objetivo de este reconocimiento es potenciar la creación y la calidad de la artesanía nacional, según parámetros de innovación -tanto en diseño como en fusión de materiales-, excelencia, autenticidad y respeto al medioambiente.

Desde su creación en 2008, se ha entregado a 120 obras que hoy forman parte de la Colección Sello de Excelencia a la Artesanía y que resguarda el Museo de Arte Popular Tomás Lago (MAPA), ubicado en el GAM.

Los acreedores del galardón obtienen un premio de $500 mil, un certificado oficial que avala la calidad y autenticidad de sus obras, la difusión de sus piezas en la Muestra de Artesanía UC y su comercialización en la tienda de la Fundación Artesanías de Chile del Centro Cultural Palacio La Moneda.

También acceden a un taller de capacitación para mejorar sus herramientas de gestión y son postulados al Reconocimiento de Excelencia del Mercosur.

Los galardonados

Gloria Mamani, de Pozo Almonte, obtuvo el Sello por su cubrecama artesanal, tejido en telar de dos pedales e incorporando la técnica tradicional de la aguja (ramusckco), que permite unir paños para ampliar su tamaño.

Utilizó fibra de alpaca teñida con hierba Sipu Tola, logrando un amarillo intenso que evoca las laderas de la tierra altiplánica.

Usuaria del programa PDTI de Indap, la artesana aymara cuenta que comenzó a tejer a los 12 años, viendo a su madre. Lo primero que hizo fue un cintillo tradicional y luego fue ampliando su horizonte hacia otras piezas, las que hoy comercializa en ferias, a pedido y a través de Artesanías de Chile. También se dedica a la agricultura y cultiva alfalfa, maíz, betarraga y cebolla junto a su marido y sus tres hijos de 24 a 18 años.

Obra de Gloria Mamani Vilches | Indap
Obra de Gloria Mamani Vilches | Indap

María Susana Choque, de Colchane, fue distinguida por Chal Rosa María y Chal Gris María. Se trata de dos chales tejidos en ligadura balanceada en un telar de dos pedales de tradición aymara, con hilo de alpacas criadas en la comuna y un diseño a cuadrillé en cocreación con Gabriela Farías. Para la variación de colores, usó fibra natural y fibra teñida con cochinilla.

Obra María Susana Choque | Indap
Obra María Susana Choque | Indap

La Línea de cinturones trenzados de Catemu, hechos con paja de trigo Ligún, fue la obra que le dio la distinción a Graciela Toledo, de Lolol, quien trabajó en conjunto con las artesanas Zaida Muñoz y Débora Vidal y las diseñadoras Sofía Hott y Rocío Schätzke.

Este proyecto se realizó a través de Fondart Regional Convocatoria 2017, con el objetivo de revitalizar y revalorizar a la comunidad de artesanos trenzadores en fibra vegetal de esta comuna, con una tradición de más de 400 años, elaborando piezas con identidad local y nuevos usos.

La tradicional trenza de trigo de cinco o seis pajas que realizaban las mujeres de la comunidad, como parte de los insumos para elaborar chupallas, fue presentada en la obra ganadora en un formato de cinturones sofisticados e innovadores.

Obra Graciela Toledo Muñoz | Indap
Obra Graciela Toledo Muñoz | Indap

Integrante del SAT Apícola del Maule junto a su esposa María Isabel, el tallador en madera Pablo Araya, de Longaví, recibió el Sello por su Cuenco Digüeñero, Pocillo y Cuchara, inspirado en la tradicional práctica de recolección de hongos silvestres de la zona centro sur y la nostalgia de su tradición familiar, ya que de niño, y cada primavera, salía con bolsas harineras y cuencos de greda en busca de los robles donde crecen estas zetas, para culminar la jornada comiéndolas en frescas ensaladas.

A través de la trama y la textura de la madera y la humedad, que han dejado huella a través de otros hongos, el autor logró representar la porosidad natural del digüeñe.

Obra Pablo Araya | Indap
Obra Pablo Araya | Indap

Adrien Canitrot nació Blauzac, sur de Francia, y a los 16 años estudió artesanía en piedra, tras lo cual viajó durante una década por su país y España. De día trabajaba como obrero y en la noche y los fines de semana en diferentes proyectos relacionados con su oficio, como la restauración de fachadas y ornamentos de iglesias y otras construcciones.

A Chile llegó hace seis años, junto a su esposa Lorena y sus dos hijas, y se radicó en Ñiquén, donde se hizo usuario del programa Prodesal de Indap e inició un proyecto de granja ecoeducativa.

Hace un año retomó su trabajo de artesanía en piedra y postuló al Sello con un cuenco elaborado con piedra del río Perquilauquén que bautizó como Wixur (curvado, en mapudungún).

Lo trabajó con cincel, combo y martillo, y para lograr un acabado más fino y delicado ocupó herramientas modernas. Sus líneas simples ponen en valor la nobleza y sustentabilidad de su materia prima, así como la tradición e innovación.

Obra de Adrien Canitrot |  Indap
Obra de Adrien Canitrot | Indap

La ministra Consuelo Valdés agradeció a cada uno de los artesanos que obtuvieron el Sello, en nombre del Estado y de la sociedad chilena, “por conservar tradiciones centenarias y perpetuarlas en el tiempo, por salvaguardar el patrimonio inmaterial de nuestro país y por proteger técnicas que de otro modo se perderían, pues no se enseñan en libros ni cursos, sino que se transmiten de generación en generación”.

Carlos Recondo, por su parte, dijo que “Indap se siente orgulloso por este logro de artesanos que trabajan con la institución, en oficios llenos de nobleza, que mantienen vivas nuestras tradiciones, que nos distinguen ante el mundo y que le dan valor a la Agricultura Familiar Campesina”.