Juan Antonio Labra, leyenda del pop chileno, visualiza su retiro de los escenarios luego de casi seis décadas de carrera. Por el momento, el cantante nacional presenta “Anhelos”, su bailable y reflexivo regreso discográfico. En esta entrevista cuenta cómo se sobrepuso a la pandemia del covid-19, la vez en que fue presionado por la dictadura a raíz de una canción, y rememora una de las noticias más tristes que pudo haber recibido: la muerte de Nino García.

Después de casi seis décadas de carrera musical, Juan Antonio Labra, leyenda viviente del pop chileno, proyecta su retiro de los escenarios y las presentaciones en vivo. Un camino que inició a los 5 años y que pretende coronar en grande con un último show en 2024, aún sin coordenadas definidas.

“Más que cansancio, es cerrar un ciclo porque son muchos años. Yo partí a los 5 años y en cuanto a presentaciones no paré hasta el 2020, cuando comenzó la pandemia. Han sido muchos años de viajes, de trasnoches, y uno al final quiere hacer una vida más tranquila. Pero eso lo voy a ver cuando tenga ese concierto, para ver cómo me siento y ver también lo que me pide la gente”, cuenta a BioBioChile.

Por estos días, el mítico cantante de los ochenta presenta las canciones que lo han mantenido ocupado en los últimos años. Se trata de “Anhelos” (2023), un EP que lo trae de vuelta en clave de pop dosmilero y bailable, donde saca lustre a su faceta de productor.

“Comencé por realizar una maquetas que tenía en carpeta; tenía muchos deseos de lanzar nueva música, algo que me identificara más. Hice una compilación de las canciones que había publicado últimamente, y realicé este trabajo que es bien personal, y que en cierta medida refleja lo que siento”, cuenta.

Sobre el título del EP, “Anhelos”, Labra confiesa: “Son anhelos personales, canciones que reflejan lo que siento como persona… Sentí el deseo de entregarlas al público”. En total, la producción lleva amasándose hace alrededor de 2 años.

“Gracias a Dios he podido tener constancia en la música. Si bien en 2020 no hice presentaciones por la pandemia, he estado haciendo canciones, arreglos. Es como una terapia para uno también, trabajar en ella y entregarla”, reflexiona el autor de hits como “Niña” y “Mueve mueve”, uno de los primeros artistas nacionales de alcance masivo en hablar de la compleja relación entre éxito y salud mental.

Juan Antonio Labra: “Creo que lo más valioso de mi carrera son mis composiciones; esas no se parecen a nada, son únicas”

A inicios de mes, Labra reapareció en el canal donde inició su carrera televisiva: TVN. Allí, en la franja matinal, quiso hacer ofrecer un gesto y un rito: “A Felipe Camiroaga le gustaba mucho mi trabajo, y como algo simbólico, quise hacer algo nuevo ahí, mostrar mis canciones. El ‘Buenos días…’ siempre ha sido un programa que me ha ayudado muchísimo”.

(P): ¿Piensa presentar en vivo las canciones de “Anhelos” antes del retiro?
(R): La ambición no es la misma de cuando era más joven. No tengo grandes expectativas en cuanto a conseguir cosas extraordinarias. Lo que me mueve es entregar esperanza a través de mis canciones. Tengo la idea de hacer el concierto en 2024, que a lo mejor sería el cierre de un ciclo.

(P): ¿Lo proyecta como una despedida de los escenarios?
(R): Sí, exactamente. Todo va a depender de cómo me sienta. Las energías no son las mismas, obviamente. Pero tengo la intención de reencontrarme con mi público y ahí veré si sigo en los escenarios o no. En la música seguiré mientras tenga vida. Porque componer y hacer canciones uno lo puede hacer en la casa, pero los escenarios es un cuento distinto. Son 60 años de trabajo, y estoy un poquito agotado. Ahí voy a ver.

(P): ¿Cómo vivió personalmente la pandemia del covid-19?

(R): Fue complicado. Porque obviamente nosotros vivimos de la música y fue complejo lo de la pandemia, para todos. Lo tomé con mucha tristeza pero con mucha esperanza de poder regresar en algún momento. Veo que a todos nos sirvió para reflexionar, para reencontrarnos con la familia, para tener más contacto con los seres queridos, y en ese sentido no fue tan negativo. Pero en el trabajo fue complicado.

(P): ¿Fue ahí cuando surge la idea del retiro?

(R): Es muy probable. De repente uno no se da cuenta del trabajo que lleva y en periodos así uno repiensa un poco las cosas. Puede ser un buen momento, no sé. Yo quiero cumplir con mi gente, poder entregarles un concierto y ahí veré si tengo la intención de seguir o darle un cierre a mi carrera.

(P): Para el público, es difícil no relacionarlo con el Festival de Viña del Mar, donde se presentó en cinco ocasiones. ¿Le gustaría volver a la Quinta Vergara antes de su adiós a los escenarios?
(R): Sería bonito, pero yo creo que el Festival es para los artistas que están funcionando, nuevos. Yo tuve la suerte de estar en mi mejor momento en el Festival… Como algo simbólico, no sé. Pero la organización piensa en otro tipo de artistas, de números. Yo creo que es muy difícil, por no decir imposible.

(P): Hace poco se cumplieron 50 años del Golpe de Estado de 1973. Con la perspectiva del tiempo: ¿Cree que se vio perjudicada su carrera con el contexto político que vivió?
(R): En una sola oportunidad, cuando viajé a Tokio para cantar una canción propia, “Vive libre”, que saqué ahora en “Anhelos” como disco, me llegaron comentarios por la canción, porque pensaron que era una canción “de otro tipo”, pero que hablaba de vivir libre de odio y que unificaba más que otra cosa. Pero más allá de eso, no tuve inconvenientes. Estuve en Sábado Gigante, el Festival de la Una, Martes 13. Hice una carrera donde nunca me metí en política, y a lo mejor por eso no tuve problema.

(P): ¿Se lleva amigos del mundo de la música?
(R): En general siempre tuve buena relación con todos los colegas; ha sido algo que me ha representado como persona, siempre he tenido buena onda. Lo que lamenté siempre fue la partida de Nino García, que fue un gran valor, un gran músico, a quien el sistema de las platas y las lucas no lo motivó a seguir viviendo, lo que me afectó muchísimo, porque lo admiraba profundamente, como persona y como músico.

(P): En los 80, su trabajo miraba intuitivamente a influyentes solistas del pop y la vanguardia de la época, como David Bowie o Michael Jackson, con quien incluso lo comparaban. ¿Cuál era la consciencia musical que tenía usted respecto a su época? 40 años después, en esos videos es posible apreciar una búsqueda estética que iba mucho más allá de Chile.

(R): Había programas que constantemente mostraban videos de artistas de afuera, entonces uno tenía cómo visualizar ese trabajo y tratar de hacer algo personal, pero inspirado en otros músicos. Todos los músicos nos inspiramos en otros para hacer cosas. Pero creo que lo más valioso de mi carrera son mis composiciones; esas no se parecen a nada, son únicas. Sobre el escenario hice cosas parecidas a otros artistas, pero a lo que le doy valor realmente es a mis creaciones, más que las presentaciones en vivo y lo que hice respecto al baile y situaciones que me pidieron para distintos programas de TV.