El pianista croata Maksim Mrvica es un virtuoso del piano. Sus interpretaciones de melodías clásicas y pop están llenas de carácter y emoción. Verlo actuar es todo un acontecimiento.

Incluso, en la pieza de 1876 “En la gruta del rey de la montaña”, de Edvard Grieg, puede verse su estilo único que tiene cautivados a quienes solo quieren ser testigos de las transformaciones musicales del prodigioso pianista.

“Cuando estudiaba era un purista de la música clásica. Si alguien en aquel entonces me hubiera dicho que en un futuro combinaría estilos diferentes, hubiera pensado que estaba loco”, declaró Mrvica a la agencia alemana DW.

Asegura que estaba centrado en lo clásico y por lo tanto quería encontrar la manera de acercar este tipo de género al público más joven. Su idea, mantener la tradición de la música clásica, aún con su estilo particular.

Recientemente realizó un concierto en Berlín, logrando entusiasmar al público.

“Es tan salvaje, tan expresivo. Uno no sabe que hacer con tantas emociones”, declaró una de las asistentes.

“Si se le pide a alguien que vaya a conciertos a la opera o conciertos de la filarmónica, tal vez se sienta agobiado porque es un lenguaje que nadie conoce, pero esto de aquí lo entienden todo”, dice otro de los que tuvieron la oportunidad de escuchar a Mrvica.

A los 8 años, Mrvica descubrió el piano en casa de uno de sus amigos. Tomó por sorpresa a sus padres cuando les dijo que quería estudiar música clásica en piano. A la fecha, la inquietud se ha convertido en éxito, revolucionando un género que pocos se atreven a explorar y sobre todo a tratar de entender.

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